Basta sumergirse un poco en la historia de las marcas de perfumes para constatar hasta qué punto muchas de esas marcas son fruto de la diversificación empresarial de muchos diseñadores y diseñadoras de moda que, en un momento dado, deciden aventurarse en el mundo de la perfumería y crear su propia línea de fragancias. Lo hemos visto cuando hemos hablado de marcas como Givenchy, Valentino, Ermenegildo Zegna, Yves Saint-Laurent, Paco Rabanne, etc. La lista sería casi infinita. Incluso hemos visto marcas, como Cartier, que han llegado al universo perfumista desde los lujosos territorios de la orfebrería y la joyería. Pero… ¿cómo puede llegar una prestigiosa marca de tabaco a convertirse en una exitosa fabricante de perfumes?

La respuesta la tiene Davidoff Swiss Oettinger AG, o dicho de manera más popular, Davidoff, la que es considerada la primera marca líder mundial en la fabricación de puros. Con una plantilla de 3.500 empleados y unas ventas de 1.200 millones de francos suizos derivados, entre otras cosas, de las ventas de unos 45 millones de puros. Con su sede central en Basileal, esta empresa “familiar” cuenta con más de 70 tiendas propias y más de medio millar de representantes seleccionados en todo el mundo. ¿Cómo se llega hasta ahí?

El primer paso lo dio Zino Davidoff. De ascendencia judía, Zino Davidoff nació en Kiev en 1906. La persecución desatada contra los judíos en ese país llevó a Zino Davidoff y a su familia a marchar del país. Los padres de Davidoff eran comerciantes de tabaco y fue a eso precisamente a lo que se dedicaron al establecerse en Ginebra en 1911: a vender tabaco.

Davidoff y Cuba

Tras finalizar sus estudios en 1924, Zino Davidoff se trasladó a Latinoamérica para, una vez allí, aprender algo más sobre el tabaco y su elaboración. Ese viaje le llevó a conocer diversas plantaciones en Argentina, Brasil y, por supuesto, Cuba. Fue en la isla caribeña donde Zino Davidoff aprendió al dedillo el proceso del cultivo del tabaco y el de la elaboración de cigarros puros. Vuelta Abajo se convirtió en un nombre propio fundamental en la historia de la marca Davidoff. Ése es el nombre del valle cubano en el que Zino Davidoff aprendió prácticamente todo lo que debe saberse sobre el cultivo de tabaco y la elaboración de cigarrillos y puros.

El viaje de Zino Davidoff por tierras de América duró cinco años. Una vez finalizado el periplo, Davidoff regresó a Ginebra para hacerse cargo de la expendeduría de tabaco de la familia. Lo primero que hizo fue instalar en la tienda familiar una novedosa y excelente cava de conservación de puros y lanzar al mercado la famosa serie Grand Cru de la Habana. Esta serie fue fruto de la alianza comercial de Zino Davidoff con Fernando Palacios, propietario de la marca Hoyo de Monterrey. Los conocimientos adquiridos en Cuba y las técnicas de los harjmani o mezcladores de tabacos orientales heredados de sus padres permitió a Davidoff el crear el Grand Cru de la Habana.

elaboracion puros

El prestigio de Zino Davidoff se había hecho tan sólido en Europa que el suyo se convirtió en un nombre de referencia al estallar la Segunda Guerra Mundial. Los importadores de habanos de gran parte de Europa, para evitar el saqueo nazi, enviaron todas sus existencias a Davidoff para que éste, residente en un país neutral (Suiza), las guardara en su gran cava y las gestionara. Llegado el tiempo de la ocupación, Davidoff comerció en esas existencias. Finalizada la guerra, Zino Davidoff presentó a quienes les habían confiado sus existencias una liquidación que destacaba por su honradez. El prestigio de Zino Davidoff se hizo, gracias a eso, legendario.

zino davidoff

La llegada al poder de Fidel Castro en Cuba pudo haberse convertido en un inmenso problema para Zino Davidoff. Los planes nacionalizadores de los revolucionarios cubanos no jugaban a favor de los negocios de Davidoff, pero Zino Davidoff fue paciente y, al mismo tiempo, inteligente. Supo esperar a que el gobierno cubano fracasase en su intento de socializar la marca Siboney para lanzarles su consejo profesional: “estatalicen o socialicen si quieren los ingenios tabaqueros, pero mantengan la calidad e independencia de las marcas (las vitolas)”. El consejo caló hondo en el gobierno cubano y, gracias a él, se salvó el negocio de los puros habanos en la isla caribeña. En agradecimiento a esa aportación llamémosle “comercial”, el gobierno cubano ofreció a Zino Davidoff la posibilidad de crear algo con su nombre en Cuba colaborando directamente con el régimen cubano. Davidoff puso una condición: la de controlarlo todo, absolutamente todo, desde la plantación a la mezcla, pasando por la forma de la caja o el anillo. El gobierno cubano aceptó las condiciones del ucraniano y nació una marca de puros para la historia: Davidoff.

La colaboración entre Davidoff y el régimen cubano duró hasta marzo de 1990. Las disensiones entre el gobierno cubano y Davidoff se fundamentaban, básicamente, en las diferentes posturas respecto a la política de precio de los puros habanos. La Habana consideraba los productos Davidoff excesivamente caros. Davidoff consideraba que la calidad de los puros no podía corresponderse con unos precios baratos. Por otro lado, empezaba a estar descontento de la calidad del material que se estaba cultivando en Cuba. Por decirlo de algún mod, se habían relajado las autoexigencias de calidad en el proceso de producción del tabaco. Y Davidoff quería que, ante todo, su marca fuera asociada a la idea de calidad. Durante un tiempo, La Habana seguía comercializando productos bajo el sello Davidoff, pero Zino Davidoff ya había tomado una decisión: exportaría a todo el mundo tabaco procedente de República Dominicana. De allí y del Ecuador es de donde proceden, en la actualidad, las hojas con las que se elaboran los puros Davidoff.

Fue en República Dominicana donde Davidoff encontró, en el Valle de Cibao, a Hendrik Kelner. Kelner, considerado un mago de las ligas de tabaco y director de la moderna fábrica que hoy es el centro del imperio Davidoff.

Más allá del tabaco

Más allá de a la elaboración y comercialización de puros habanos, Davidoff ha extendido su ocupación comercial a la comercialización de complementos como relojes, plumas estilográficas, carteras, gafas, cafés, coñacs y, por supuesto, perfumes.

cool water horizon

La primera fragancia Davidoff fue comercializada en 1984, diez años antes de que falleciera Zino Davidoff. Davidoff Classic fue el primer perfume comercializado por Davidoff, aunque su fragancia más famosa ha sido Cool Water. El éxito de Cool Water fue tal que la marca, que ha contado con la colaboración de múltiples perfumistas a lo largo de su vida comercial, ha elaborado, a lo largo de estos treinta años, variaciones de la misma tal y como Cool Water Deep, Cool Water Summer Fizz o Cool Water Night Dive. Posteriormente, Davidoff presentó la versión femenina de esta fragancia, Cool Water for Woman.

Junto a las fragancias de la serie Cool Water (que son, todas ellas, una especie de homenaje al océano) hay que destacar otras creaciones en el catálogo de perfumes de Davidoff. Entre ellas podemos destacar Champion (un perfume masculino con notas de bergamota y limón en su salida y sensuales aromas de salvia, gálbano, musgo de roble y madera de cedro), Adventure (con notas de cítricos, hierba mate, pimienta, sésamo negro, vetiver, madera de cedro y almizcles) y Hot water, una sensual fragancia con notas de albahaca roja, ajenjo, pachulí, pimiento, benjuí y estoraque.

En CDNPerfumes puedes encontrar una cuidada selección de perfumes de la marca Davidoff.