Si te interesa mínimamente el mundo de la perfumería seguramente habrás escuchado hablar de las familias olfativas. ¿Sabes lo que son? ¿Sabes cuáles son las características de cada una de ellas? Si tu respuesta es no, no te preocupes. En este artículo te lo vamos a explicar.

Cada perfume es una obra de arte. La forma en que se seleccionan, combinan y potencian los componentes hace que sea así. En esa composición, sin embargo, existe siempre un acorde dominante. Ese acorde dominante es el que determina la familia olfativa a la que pertenece el perfume en cuestión.

El cómo definir y clasificar los aromas y los olores es algo que, hace ya muchos siglos, llegó a inquietar al mismísimo Aristóteles. Dicha preocupación fue una constante histórica entre todos aquellos que, de una forma u otra, se dedicaban a la elaboración de perfumes.

A finales del siglo XX fueron los propios perfumistas y las industrias dedicadas a la creación y comercialización de fragancias quienes decidieron establecer “familias” que agruparan a todos aquellos perfumes que tenían estructuras y características similares.

Esta necesidad no facilitó que se creara una clasificaciún universalmente aceptada. Después de todo, no deja de ser cierto que en muchas fragancias pueden percibirse notas olfativas que podrían encajar en diversas familias.

Sin embargo, y a pesar de la falta de unanimidad, sí podemos decir que existe una clasificación que se ha impuesto sobre las demás, siendo la más utilizada a nivel mundial. Dicha clasificación fue establecida por el Comité Francés del Perfume y recoge 7 familias olfativas:

  • Cítrica
  • Floral
  • Oriental
  • Madera
  • Cuero
  • Fougère
  • Chipre

Vamos a ver cuáles son las características de todas estas familias olfativas.

Familias olfativas

Cítrica

Esta familia olfativa es conocida también con el nombre de hespérida. Los perfumes que la integran suelen estar realizados a base de fragancias basadas en aromas de aceites esenciales extraídos de cáscaras de cítricos como el limón, la naranja, la mandarina, el pomelo o la bergamota.

Las de la familia olfativa cítrica son fragancias refrescantes que sugieren efervescencia, vitalidad y juventud. Estas creaciones transmiten luminosidad y, por decirlo de algún modo, huelen a limpio.

Estas creaciones combinan muy bien con flores (en el caso de las fragancias femeninas) o con maderas (en el caso de las masculinas).

Los perfumes cítricos son especialmente recomendables para el uso cotidiano y también para las estaciones de calor.

Familia olfativa

Floral

¿Cuándo comienza a desvirtuarse el aroma de una flor? Seguramente desde el mismo momento en que es arrancada. Por eso es difícil poder conseguir su esencia natural. Influirán en el éxito a la hora de lograrlo tanto el momento en que sea arrancada la flor como el proceso de extracción empleado para retener su aroma.

Una vez logrado, este tipo de esencias posibilitan un amplio abanico de opciones creativas. Pueden realizarse, gracias a ellas, perfumes muy complejos, pero también fragancias mucho más ligeras.
La flor de loto, el lirio del valle, la magnolia, la rosa, el jazmín, la violeta o el narciso son, entre otras, las flores más características y más utilizadas a la hora de elaborar las fragancias de la familia floral.

Por regla general, los perfumes de esta familia están destinados al género femenino; sin embargo, cada vez son más los destinados al público masculino.

Familia olfativa floral

Familia olfativa Oriental

Estas fragancias se conocen también con el nombre de ambarinas o especiadas. Son fragancias sumamente evocadoras y su capacidad de evocación siempre apunta hacia el mismo punto cardinal: Oriente.

Los perfumes de esta familia son los más complejos. Dulces y sensuales, intensos y cálidos… La frontera entre lo agradable y lo sofocante en ellos puede ser muy frágil: dependerá, fundamentalmente, de la temperatura ambiental, que lo sugerente y excitante se pueda convertir en pesado. En tiempo de frío o en reuniones nocturnas, estos aromas desarrollan toda su capacidad de seducción.

Resinas y vainillas; jengibre, cacao o regaliz; cardamomo, pimienta o clavo, sin olvidar el almizcle o los más diversos aceite balsámicos son los componentes principales de unas creaciones que suelen asociarse a la idea de seducción y misterio.

Perfumes orientales

Madera

Son muchos los tipos de madera y, por tanto, son muchas las posibilidades que otorgan estos a la hora de elaborar perfumes.

Desde la ligereza y la frescura del pino, el cedro, el vetiver, el papiro y el bambú, hasta el aroma más intenso del sándalo, la higuera, el roble o el pachulí, estos componentes acostumbran a ser utilizados para la elaboración de perfumes masculinos, lo que no excluye que, cada vez más, vayan encontrando un hueco en las fórmulas de las fragancias femeninas.

Perfumes amaderados

Cuero

Algo parecido a lo que acabamos de comentar de los perfumes amaderados sucede con las fragancias de la familia olfativa cuero. Están a medio camino entre lo masculino y lo femenino, aunque su propio concepto parece empujarla algo más hacia el territorio del hombre.

En los perfumes de este tipo encontramos sobriedad, discreción y elegancia. No son creaciones excesivamente llamativas, aunque de tanto en tanto vayan acompañadas de alguna nota cítrica que les resta un poco de profundidad al tiempo que les proporciona algo de luz.

Lo habitual, sin embargo, es que los aromas de este tipo vayan asociados a notas aromáticas atabacadas, amusgadas o ahumadas. También es habitual encontrarlos asociados a notas a madera.

Tipos de perfumes

Familia olfativa Fougère

Hay perfumes en la historia de la perfumería que han tenido el don de inaugurar y dar nombre a una nueva familia aromática. Eso sucede con Fougère Royal, un perfume compuesto por Paul Parquet en 1882 y cuya fórmula sirvió de base para futuras fragancias con aromas similares.

Cuando nos enfrentamos a un perfume de esta familia no lo estamos haciendo a un perfume que tenga un acorde básico, sino a uno que combina varios acordes. La combinación de todos ellos proporciona a este tipo de fragancia una sensación de humedad, frescura y verdor que, teniendo un toque a madera, se mueve, dependiendo de la combinación de dichos componentes, entre lo dulce y lo amargo.

En todas las composiciones de esta familia está presente la lavanda, la bergamota, la cumarina (que es una especie de vainilla y que se emplea de modo muy suave), el musgo (principalmente de roble) y alguna que otra hierba.

Muchas fragancias masculinas están fundamentadas en las aportaciones de esta familia olfativa.

Fougère

Chypres

Ésta, al igual que la anterior, es una familia olfativa nacida al abrigo de un perfume. Ese perfume fue Chypre y su creador, uno de los grandes perfumistas de la historia, François Coty. Coty creó Chypre en 1917 basándose en unos aromas que encontró en unas materias primas que había encontrado en la isla de Chipre.

En este caso, al igual que sucede en el de los fougères, estamos hablando de una combinación de aromas. Esa combinación puede ser muy variada, aunque la más clásica es la que se fundamenta en las siguientes notas: pachuli, rosa o jazmín, bergamota, musgo de roble y ámbar o almizcle.

La sensualidad de estos perfumes puede acoger muchas connotaciones. El hecho de que puedan existir múltiples juegos combinatorios entre sus acordes más cálidos y sus acordes más frescos hace que sea así.

Perfumes Chypres

La clasificación de familias olfativas de Michael Edwards

Como hemos indicado anteriormente, no hay una única clasificación de los perfumes. Frente a la del Comité Francés del Perfume, el mundialmente famoso experto en perfumes Michael Edwards creó una nueva.

Edwards respeta las categorías de las orientales y florales y agrupa maderas, cueros, chypres y fougères en una familia y cítricas, herbales y acuáticas en otra (la de las fragancias frescas).

Las fragancias acuáticas evocan el mundo de las cascadas y el mar y suelen realizarse con materias primas sintéticas. El ozono, el pepino, el loto o el bambú son algunas de estas materias.

Las herbales, por su parte, centran sus acordes en el olor de una o varias hierbas aromáticas. La lavanda, el tomillo, el romero o la salvia son algunos de las hierbas utilizadas para elaborar estos perfumes.

Tipos de fragancias