Los polvos traslúcidos son uno de los mejores aliados femeninos a la hora de maquillarse. Nada mejor que el polvo traslúcido para fijar el maquillaje, restar exceso de brillo a la cara y purificar el rostro.
Una de las grandes preocupaciones de la mujer es que su maquillaje vaya perdiendo consistencia durante el día y vaya moviéndose creando efectos indeseados sobre el rostro.
Aplicando este producto tras haber aplicado la base de maquillaje, correctores, iluminadores, etc. se consigue absorber la humedad del rostro y, al hacerlo, se permite que éste muestre un aspecto limpio y seco, sin grasa ni brillos indeseados.
Si deseamos dar una apariencia aterciopelada a la piel, este producto de maquillaje en polvo resulta ideal.
En este artículo vamos a explicarte qué es y para qué sirve el polvo traslúcido y también te daremos una serie de consejos básicos para que sepas cómo aplicarlo.
¿Qué son y para qué sirven los polvos traslúcidos?
Si tuviéramos que definir este tipo de producto de maquillaje diríamos que es un polvo blanco o incoloro que, aplicado sobre el maquillaje, sirve para cumplir una serie de funciones.
La primera de esas funciones, capital, es la de sellar el maquillaje o, lo que es lo mismo, fijarlo. Debido a esta función selladora este producto recibe también el nombre de polvos fijadores.
La segunda, a la que ya nos hemos referido brevemente, consiste en matificar. Es decir: en minizar el brillo y otorgar al rostro un aspecto mate o, como hemos indicado anteriormente, aterciopelado. Es por cumplir esta función por lo que a este producto se le llama también polvos matificantes.
Una tercera función, derivada de la presencia de componentes antibacteriales en su formulación, es cuidar de la salud del cutis y de su pureza. El óxido de zinc o el ácido salicílico, por ejemplo, ayudan al cuidado del poro y limpian la piel de bacterias.
Vistas sus funciones principales, vamos a ver qué tipos de polvos traslucidos existen y cómo deben utilizarse para extraer de su uso el máximo beneficio.
Suelto o compacto: los dos tipos de polvo traslúcido
Una de las grandes ventajas de este producto es que sirve para cualquier tipo de piel. Las personas con pieles un poco más maduras, sin embargo, temen que su uso resalte las arrugas. Para evitarlo, lo mejor es comprar un formato que tengan una formulación ligera. Seguramente su precio será más elevado, pero el efecto que tendrán sobre la piel será mucho más natural y, además, evitarán que aparezcan reforzadas esas arrugas que se quieren camuflar.
Antes de aplicar los polvos traslúcidos hay que tener en cuenta que éstos pueden presentarse en dos formatos. Uno de ellos es el formato compacto. Éste es el típico formato de esponja y espejito.
El segundo es el formato de polvos sueltos que, ubicados en una cajita con una segunda tapa con orificios, son aplicados sobre la piel con una borla. A la hora de aplicar el formato suelto hay que tener en cuenta que no conviene arrastrarlo, sino que hay que aplicarlo con pequeños toques.
La diferencia principal entre el polvo compacto y el formato suelto radica en el proceso de prensado que se sigue para su elaboración. Los compactos realizan una cobertura más opaca. Los sueltos, por el contrario, dan un aire más natural y suelen, por sus características, utilizarse en casa.
Los compactos, por su parte, favorecen la posibilidad de ser llevados en el bolso, lo que los convierte en un producto idóneo para realizar cualquier tipo de retoque. Un brillo grasoso en la nariz o en el pómulo puede ser eliminado en cualquier momento gracias al uso de este formato que puede llevarse en cualquier rincón del bolso y que se aplica fácilmente con una esponjita.
Estos productos pueden ser aplicados solos o en combinación con otro tipo de maquillaje. Extendidos sobre la base, potenciarán el efecto de ésta y prolongarán su duración. También pueden aplicarse solos, sin ningún maquillaje más.
Tanto en el caso de los compactos como en el de los sueltos, la moderación a la hora de aplicarlos es fundamental para evitar efectos indeseados o antinaturales.
