No hay duda de que maquillarse correctamente es fundamental para lucir una imagen perfecta. Pero tan importante como saber maquillarse es saber desmaquillarse correctamente. Con excesiva frecuencia no se presta demasiada atención a algo fundamental para que la piel conserve su salud. Dejar los productos sobre nuestro rostro impide que la piel respire y eso, a la larga, la empobrece.

Un maquillaje mal quitado son restos que, al mezclarse con el sudor, crean capas de suciedad que, lógicamente, afectan al brillo de la piel. Del mismo modo, si no se quita bien el maquillaje anterior no podrá lucir con todo su esplendor el nuevo que se use. Además, un maquillaje mal quitado dejará el cutis más expuesto a sufrir problemas de alergias o manchas.

¿Qué tenemos que hacer, entonces, para desmaquillarnos correctamente? Fundamentalmente dos cosas: elegir el producto adecuado para cada zona de la cara y seguir el orden correcto al desmaquillarse. Ese orden es el siguiente:

1. Desmaquillar ojos y labios

Para desmaquillar estas zonas de la cara debes usar productos adecuados. Los ojos exigen desmaquillantes hipoalergénicos, ligeros y suaves, con fórmulas bifásicas. Estos desmaquillantes se componen de una base acuosa y otra oleosa que es la encargada de eliminar los restos de maquillaje.

La mejor manera de aplicar el desmaquillante de ojos es con un disco de algodón. Con este producto podrás eliminar el rímel y el lápiz y la sombra de ojos. Para aplicarlo, coloca el disco de algodón sobre el párpado sin ejercer presión y durante diez segundos. Una vez pasado ese tiempo, limpia suavemente el párpado con movimientos descendentes. No hace falta apretar demasiado para quitar el maquillaje.

Cuando hayas limpiado un párpado, utiliza otro disco de algodón para limpiar el otro.

Por su parte, para desmaquillar los labios hay que utilizar una emulsión limpiadora y aplicarla con la yema de los dedos. Después, se puede limpiar con un pañuelito para quitar los restos.

2. Leches limpiadoras, jabones y aguas micelares

Al desmaquillar el rostro hay que tener en cuenta que cada tipo de piel exige una tipo de limpieza distinta.

Las pieles secas exigirán el uso de leches limpiadoras y aceites. El jabón, para ellas, sería algo que sólo podría aumentar su sequedad.

La piel grasa, por el contrario, debería ser limpiada con un producto que, además de secante, pueda absorber el exceso de grasa. En este sentido, nada mejor que los geles.

Las pieles sensibles pedirían la utilización de jabones naturales. Las pieles mixtas, por su parte podrían ser desmaquilladas con las llamadas aguas micelares. Estos desmaquillantes de nueva generación son productos realizados a base de micelas, unas moléculas que tienen la capacidad de disolver y limpiar todo tipo de grasas, tanto las de tipo natural (las segregadas por nuestra propia piel) como las de tipo artificial (las propias del maquillaje que queremos quitar). Hay quien dice que las aguas micelares pueden servir para desmaquillar todo el rostro. Nuestro consejo es que no se utilice para desmaquillar la zona de los ojos.

3. Aplicar un tónico

La función principal del tónico es eliminar los restos que hayan podido quedar de maquillaje y, de paso, refrescar e hidratar la piel. Al igual que sucedía con las leches limpiadoras y las aguas micelares, el tónico a utilizar vendrá determinado por el tipo de piel. Para la piel normal se buscará una loción tonificante que estimule la circulación del rostro. Para el cutis seco, sensible o irritable habrá que utilizar una loción suave que proporcione frescura y, al mismo tiempo, estimule la circulación. Para el cutis graso (cutis con poros dilatados e impurezas) se usará un tónico o loción astringente. Este tipo de tónico servirá para corregir el exceso de grasa en la piel.

La mejor manera de aplicar estos tónicos es utilizando un algodón.

4. Aplicar una crema nutritiva

Tras haber aplicado el tónico, y para completar correctamente la tarea desmaquilladora del rostro, hay que secar bien éste y aplicar una crema hidratante o nutritiva.

Como se ha dicho al principio de este artículo, el desmaquillar el rostro correctamente es fundamental para realizar un correcto cuidado de la piel. Nunca hay que acostarse con el rostro maquillado, pese a la pereza que pueda dar, a determinadas horas, desmaquillar el cutis. Irse a dormir sin haber eliminado de la cara los restos de maquillaje no sólo supone que vayan a mancharse almohadas o sábanas, también implica aumentar las posibilidades de que se obstruyan los poros y, con ello, se favorezca la aparición de espinillas y de lo que se conoce con el nombre de acné de adulto. Algo que, por supuesto, no deseas.