“Productos alimenticios cuyo fin es complementar la dieta, consistentes en fuentes concentradas de nutrientes, comercializadas en cápsulas o polvos y que deben tomarse en pequeñas cantidades”. Con estas palabras definen las autoridades europeas lo que conocemos como nutricosméticos, esos productos alimenticios de origen natural que poseen propiedades cosmetológicas y que tienen como objetivo aportar a quien los consume los nutrientes necesarios para mantener la piel fresca y joven.

¿Qué nutrientes son los aportados por los nutricosméticos? Fundamentalmente, vitaminas, antioxidantes, minerales, aminoácidos y polifenoles. Elaborados en su mayor parte con extractos de plantas, los nutricosméticos sirven para complementar una alimentación que, habitualmente, suele presentar algunas carencias y para compensar la baja producción de ciertas sustancias que suele producirse cuando la persona rebasa ciertas fronteras de edad.

Con los años, los seres humanos reducimos nuestros niveles de producción de elastina o colágeno. Ése es el motivo de que nuestra piel se vaya volviendo, progresivamente, cada vez más flácida. Ingerir cápsulas que ayuden a aumentar los niveles de elastina o colágeno puede ser una buena manera de retrasar la inevitable llegada de la flacidez de la piel. Además, la acción de estos productos es una acción que se ejerce sobre las zonas profundas de la piel (es decir: llega donde no lo hacen los geles, cremas y maquillajes propios de la cosmética tópica).

Objetivos de la nutricosmética

Los principales objetivos de la nutricosmética son los siguientes:

  • Combatir las arrugas.
  • Combatir la flacidez de la piel.
  • Luchar contra la retención de líquidos.
  • Aumentar la densidad cutánea.
  • Reforzar las uñas y el cabello.
  • Luchar contra la celulitis.

Cada vez más, la nutricosmética avanza en el descubrimiento de nuevas propiedades en las plantas más diversas. Por ejemplo, el Dr. Jiménez Ucero, especialista en nutrición y autor de la obra Los secretos de la nutricosmética, destaca en alguna entrevista cómo un laboratorio japonés ha comercializado un chicle que funciona como un desodorante: basta masticarlo durante 15 minutos para exhalar un aroma a rosas durante seis horas. Un polifenol, extractado de fruta, es el responsable de ese maravilloso efecto. Es él quien transmite ese olor a las glándulas sudorípadas.

El mismo Dr. Ucero destaca cómo el arándano rojo americano previene las infecciones urinarias. Este descubrimiento, que puede parecer revolucionario, no tiene nada de novedoso. Los indios americanos ya curaban ingiriendo arándonos rojos sus infecciones de orina. En cierto modo, lo que la nutricosmética propone es un reencuentro con el pasado y con toda la tradición que, heredada de la medicina natural, es a menudo desdeñada desde los bastiones más combativos de la medicina oficial.

La nutricosmética, que empezó a ponerse de moda en los Estados Unidos (sobre todo a partir de que Madonna, la diva del pop, dijera que tomaba productos de nutricosmética, para mantenerse joven y en forma), ha ido ganando adeptos en todo el mundo. En la actualidad, más del 50% de los norteamericanos consumen habitualmente nutricosméticos y la industria de la nutricosmética factura más de 12 billones de dólares al año. En Europa el porcentaje de personas que consumen nutricosméticos se reduce a aproximadamente el 48% de la población. En España, por su parte, sólo el 28% de la población consume productos de cosmética orgánica.

¿Qué productos de nutricosmética toman principalmente los españoles? Los complementos para adelgazar, los que combaten la caída del cabello, la fotoprotección oral y los antioxidantes.