El acné es una de las grandes preocupaciones de toda persona, hombre o mujer, que se preocupe mínimamente por el estado de su cutis. Siendo más común en la adolescencia que en cualquier otra etapa de la vida, lo cierto es que éstas tampoco quedan libres de la amenaza de este trastorno de la piel provocado por taponamiento de los folículos pilosos con grasa y células cutáneas muertas.

Los síntomas del acné, así como los signos que evidencian su existencia, pueden ser muy variados, dependiendo de la intensidad del trastorno. Dichos signos pueden ser los siguientes:

  • Granos sebáceos cerrados.
  • Granos sebáceos abiertos. En este caso, el acné presenta aspecto de espinilla
  • Pápulas: irregularidades sensibles de color rojizo y pequeño tamaño.
  • Pústulas: pápulas con pus en la punta.
  • Nódulos: bultos grandes, sólidos y dolorosos ubicados bajo la superficie de la piel.
  • Lesiones císticas: bultos dolorosos, llenos de pus y que se hallan ubicados bajo la superficie de la piel.

Causas del acné

Las cuatro principales causas de la aparición del acné son:

  • Producción excesiva de grasa.
  • Obstrucción de los folículos pilosos con grasa y células cutáneas muertas.
  • Bacterias.
  • Exceso de actividad de un tipo de hormona denominadas andrógenos.

Popularmente se ha acusado a la nutrición con excesivos alimentos grasos y a la falta de higiene de ser factores que provocan acné. Lo cierto es que la incidencia de estos dos factores sobre el acné es prácticamente nula. Sí es cierto, por el contrario, que el estrés afecta negativamente al acné, así como ciertos medicamentos (los que contienen testosterona, litio o corticoesteroides).

El acné cosmético

Respecto a la influencia negativa del uso de cosméticos en el acné, podemos decir que existe una gran diversidad de opiniones al respecto. Hay quien dice que el uso de cosméticos sí afecta negativamente al acné, multiplicándolo, y hay quien considera que su influencia es mínima y que sólo se reduce a aquellos cosméticos que poseen un exceso de aceite en su formulación. Una crema limpiadora inadecuada, un humectante demasiado graso o una base con aceite pueden provocar que el acné aparezca o se haga más intenso.

Quienes consideran a determinados cosméticos causantes o intensificadores del acné hablan de este tipo de acné como de acné cosmético y responsabilizan al maquillaje principalmente de la obstrucción de los poros en la superficie de la piel. A estos maquillajes o productos cosméticos se les llama comedogénicos. ¿Por qué? Porque, potencialmente, pueden producir comedones.

Para distinguir el acné cosmético de otros tipos de acné hay que fijarse en los siguientes detalles:

  • El acné, bien en forma de espinillas o puntos negros, bien en forma de granos o pústulas inflamadas, aparece normalmente en la zona en que se aplica el maquillaje comedogénico.
  • Si se deja de usar el cosmético en cuestión, el acné va remitiendo lentamente.

El acné cosmético no sólo puede ser producido por los productos de maquillaje. También puede ser provocado por otros productos de belleza como pueden ser determinados champús, tintes, acondicionadores, jabones exfoliantes o cremas.

En comparación con el acné de tipo hormonal o bacteriano, el acné cosmético es fácil de tratar. Para tratar el acné cosmético se debe evitar el uso de cosméticos comedogénicos. Para lograrlo, hay que mirar la etiqueta de los productos cosméticos que utilizamos, ver que especifiquen que no son comedogénicos y rechazar aquéllos que contengan lanolina o isopropyl myristato. También es importante que no contengan fragancias, aceites o colorantes.

Tratamiento del acné

Más allá del sencillo tratamiento a seguir para acabar con el acné cosmético, ¿qué otros tratamientos deben seguirse para luchar contra el acné hormonal o el acné bacteriano?

El primer paso a dar para acabar con el acné es mantener una limpieza adecuada de la piel (entre una y dos veces al día) con un jabón apropiado para pieles grasas. Hay que eludir aquellos jabones que favorezcan el aspecto graso de la piel.

El segundo paso, tal y como hemos indicado en el apartado anterior, es utilizar cosméticos no comedogénicos o “libres de grasas” (“oil free”).

El tercer paso, fundamental, es no tocar los granos, pústulas, espinillas, etc. Tocar esas lesiones de la piel sólo provocará que aumente su inflamación o que aparezcan cicatrices con mayor facilidad.

El cuarto paso, y siempre bajo recomendación médica, puede consistir en la aplicación de tratamientos médicos de carácter oral o tópico. Entre los tratamientos de aplicación tópica contra el acné podemos encontrar tres grandes grupos:

  • Productos queratolíticos. Se encargan de deshacer el tapón del poro.
  • Retinoides, peróxido de benzoilo y ácido azelaico. Deshacen el poro y poseen efecto antiinflamatorio.
  • Antibióticos… Estos productos pueden combinarse con los anteriores. De hecho existen laboratorios que han lanzado al mercado productos contra el acné que combinan antibióticos y retinoides.

Entre los tratamientos orales contra el acné, por su parte, podemos encontrar los tratamientos antibióticos orales, los retinoides orales y los anticonceptivos orales. Estos tratamientos orales contra el acné pueden combinarse con los tratamientos tópicos. En cualquier caso, deberá ser el dermatólogo quien prescriba dicha combinación y todo tipo de tratamiento que vaya más allá de la limpieza adecuada del cutis y el no consumo de cosméticos comedogénicos.

En algunos casos, el dermatólogo puede recomendar el recurrir a la cirugía tradicional o la cirugía láser para extraer aquellas lesiones quísticas que no hayan podido resolverse ni mediante el tratamiento tópico ni mediante el tratamiento oral.