Son muchas las personas que confían el cuidado de su cabello a los aceites capilares. La agradable textura del aceite, el hecho de que suela comercializarse aromatizado y sus múltiples y beneficiosas propiedades hacen que los más diferentes aceites hayan sido utilizados de manera tradicional por la industria cosmética para mejorar y otorgar mayores virtudes a sus productos capilares.

A la hora de cuidar el cabello hay que pensar que hay cabellos que, por sus características particulares, necesitan tratamientos que vayan un poco más allá del uso de acondicionadores o mascarillas. A esos cabellos a los que, por regla general, siempre cuesta desenredarlos, les van de maravilla los aceites capilares. Éstos, sin engrasar ni aportar peso al cabello, harán más fácil el desenredarlo y, además, lo hidratarán hasta que se vuelva a lavar.

El aceite para el cabello aporta a éste mayor hidratación y nutrición, dándole un aspecto más brillante y ayudando a calmar la cutícula. Aplicándolo antes de secar el cabello, además, conseguiremos acelerar dicho secado sin por ello dañar el pelo. El cabello tratado con aceite capilar es, de ese modo, un cabello más hidratado, más nutrido, más suave al tacto y más brillante.

A la hora de plantearse el uso o no de aceite capilar hay que valorar el tipo de cabello que se posee. Pese a poderlo usar para tratar cualquier tipo de cabello, el aceite capilar está especialmente indicado para los cabellos encrespados y rizados. Eso sí: el aceite capilar debe colocarse sólo desde la mitad del cabello hasta las puntas, en especial cuando el cabello al que se está aplicando es un cabello graso. Sólo cuando el cabello sea muy seco y esté muy estropeado podrá aplicarse en la raíz y solo como una medida excepcional.

A la hora de aplicar el aceite capilar hay que saber también qué cantidad de él debe aplicarse. Antes de aplicar aceite capilar es conveniente tener presente que siempre es preferible pecar por defecto que por exceso. Así, aplicaremos un tercio de cucharadita para melenas cortas (las que llegan hasta las orejas), media cucharadita para melenas medias (las que llegan hasta los hombros) y una cucharadita para las melenas largas (las que caen más debajo de los hombros). Si el aceite vamos a aplicarlo antes de un baño, se recomienda aumentar ligeramente esas cantidades.

Para aplicar el aceite capilar hay que verterlo sobre la mano y calentarlo en ella antes de aplicarlo sobre la melena y las puntas. Para aplicarlo hay que hacerlo mechón a mechón y con el cabello ligeramente húmedo, ya que en seco será más difícil que el cabello absorba el aceite. Una vez se haya aplicado, se recomienda cepillar el cabello con un cepillo de cerdas naturales para que de ese modo el aceite pueda penetrar correctamente en el cabello. Si no lo cepilláramos, el aceite capilar tendería a quedar en la superficie del cabello, y su efecto no sería todo lo beneficioso que podría llegar a ser.

¿Cuándo se debe aplicar un aceite capilar? Para dar respuesta a esta pregunta debemos tener claro qué efecto es el que esperamos conseguir del aceite. Cuando el cabello se encuentra muy deshidratado, el aceite puede aplicarse antes del lavado y dejándolo actuar entre 10 y 20 minutos. Tras ello, ya se puede lavar el cabello. Una buena manera de multiplicar los efectos beneficiosos del aceite capilar es envolver el cabello en una toalla húmeda tras aplicar el aceite. En estos casos en los que el cabello se encuentra muy deshidratado, también podemos aplicar el aceite capilar durante la noche anterior para lavar el cabello al levantarnos.

Si lo que deseamos conseguir con el aceite capilar es conseguir un buen alisado y evitar el encrespamiento del pelo, deberemos aplicarlo después del lavado y sin aclarar el pelo tras haber aplicado el aceite.

Si, finalmente, lo que se persigue con el uso del aceite capilar es dar al cabello un extra de brillo y suavidad que haga más atractivo el peinado, habrá que aplicarlo, en muy poca cantidad, tras haber secado el cabello.

¿Qué aceite escoger?

A la hora de escoger un aceite para el cabello hay que valorar el tipo de cabello que se posee. Por ejemplo, para el cabello seco y estropeado se recomiendan aceites capilares ricos y nutritivos como puede ser el de argán, el de aguacate o el de coco. A la hora de aplicar el aceite de argán hay que tener en cuenta que este tipo de aceite capilar carece de filtro solar, por lo que resulta aconsejable aplicar a él un filtro solar y dejarlo reposar.

Para los cabellos normales, por su parte, se recomiendan aceites capilares ligeros como el de jojoba o el de macadamia. Estos aceites finos pueden mezclarse con el aceite de sésamo. Aceites capilares de este tipo sirven para aportar hidratación a la melena sin por ello darle pesadez.

Los aceites con propiedades reequilibrantes, como los de avellana o arañuela, sirven para regular el exceso de sebo. Quien posea un cuero cabelludo con tendencia a irritarse deberá usar un aceite capilar de este tipo, ya que posee unas marcadas propiedades antiinflamatorias.

Estos son los beneficios que se asocian a cada tipo de aceite capilar:

  • Aceite de aguacate. Repara y revitaliza el cabello.
  • Aceite de almendras. Fortalece el cabello, previene la caída, da brillo e hidrata en profundidad aportando vitamina E, omega 3, zinc y magnesio.
  • Aceite de argán. Muy indicado para cabellos secos y con las puntas abiertas. El aceite de argán es antifrizz.
  • Aceite de coco. Con su gran aporte de vitaminas ayuda al crecimiento del cabello proporcionándole vigor.
  • Aceite de jojoba. Muy indicado cuando se padece algún tipo de eccema o psoriasis. Rico en zinc y selenio, este aceite sirve para prevenir la caspa.
  • Aceite de linaza. Proporciona suavidad y brillo al cabello, protegiéndolo del calor.
  • Aceite de oliva. Es un gran nutriente del cabello, pues tiene un gran poder hidratador.
  • Aceite de romero. Frena la caída del cabello.