Imaginemos al perfumista como a un pintor. El pintor tiene una paleta de colores; el perfumista, de aromas. Es con esa paleta de aromas con la que el perfumista compone un perfume. Esa paleta puede recoger aromas de tres tipos: vegetales, animales y sintéticos.

Materias primas de origen vegetal

Las materias primas de origen vegetal son, sin duda, las más conocidas por toda aquella persona que piensa en cómo se realiza un perfume. Según el tipo de planta o de flor de la que se trate, la esencia se obtiene a partir de los pétalos (rosa, jazmín, narciso, mimosa, flor de naranja, lavanda, ylang-ylang), los brotes, los botones, las raíces (iris, jengibre, valeriana, vetiver), las hojas (geranio, pachulí, violeta, mirto) o los tallos.

Los vegetales que comúnmente se usan en perfumería son los siguientes:

  • Rosa. De entre todos los tipos de rosas que hay en el mundo quizá la más apreciada sea la rosa centifolia o rosa de mayo. En Turquía, Bulgaria, Marruecos y, por supuesto, Grasse (Francia), es donde crece esta especie. Según mandan los cánones, para conseguir toda la intensidad y la riqueza de su aroma hay que recoger la flor al amanecer.
  • Jazmín. Esta flor fue la que dio fama a Grasse. También puede encontrarse en la India, España o el Norte de África.
  • La lavanda.
  • La tuberosa, es muy abundante en la India y es originaria de México.
  • La flor de azahar, que se cultiva en Egipto, Italia y en la Provenza. La destilación de esta flor produce el nerolí. De dicha destilación se obtiene un agua que es el agua de azahar.
  • La mimosa.
  • El ylang-ylang. Esta flor, presente en los perfumes de la familia olfativa oriental, proviene de árboles nudosos típicos de los países que rodean el océano Índico. En Reunión, en las islas Mauricio, en las Comores o en Madagascar puede encontrarse esta flor.
  • Las hierbas aromáticas (tomillo, menta, albahaca, romero…). Podemos encontrar estas hierbas en todos los países mediterráneos, pero también en Madagascar y en la India. En este grupo podríamos encontrar también algunas especias y granas como el clavo, el cilantro, el cardamomo, el comino, la pimienta, la nuez moscada o el haba tonka.
  • Hay algunas frutas y cortezas como el limón, la bergamota, la naranja, el pomelo, la vainilla o la mandarina que, bien sea por sí mismas, bien por sus cortezas, aportan a los perfumes un toque de frescor o alguna nota más o menos intensa de exotismo.
  • Maderas, cortezas y musgos son, también, y en el caso de vegetales como el sándalo, el abedul, el cedro o el guayaco, algunos de las materias primas vegetales que se utilizan en la elaboración de perfumes. El musgo de roble, por ejemplo, es muy apreciado.

Otra de las maneras de utilizar los vegetales en la elaboración de perfumes es hacer exudar esos vegetales para obtener resinas y gomas. Así se obtiene, por ejemplo, el benjuí, el gálbano, el opopónaco, el láudano, el incienso, la mirra, el bálsamo de Tolu…

Materias primas de origen animal

Junto a las materias primas de origen vegetal en la elaboración de los perfumes hay otras de origen animal que en los últimos tiempos, y debido a las legislaciones tendentes a preservar la supervivencia de las especies, se han ido sustituyendo por sustancias sintéticas que intentan aportar sus notas aromáticas.

El ciervo almizclero macho, por ejemplo, cuando está en período de reproducción, posee una bolsa situada en la zona del bajo vientre que contiene una especie de granos muy olorosos de los que se extrae el almizcle. El almizcle, además de ser utilizado como elemento aromático, tiene una función fijadora, es decir: sirve para fijar las notas aromáticas más volátiles de un perfume. La versión sintética del almizcle recibe el nombre de almizcle blanco.

El ámbar gris es otra de las materias primas de origen animal utilizadas históricamente en la elaboración de perfumes. Es, en esencia, una concreción intestinal del cachalote. El cachalote lo expulsa de forma natural y su coste es muy elevado. En ocasiones se le llama “whale vomit” (vómito de ballena). El ámbar gris tiene el don de juntar todas las notas olfativas en una sola nota y de fijar los aromas dándoles mayor duración en el perfume en el que son combinados.

El castoreum (producido por las glándulas del castor) y el civet (un aroma almizclado que proviene de la civeta, un mamífero de la India y Etiopía) serían otras de esas dos materias primas animales que se han sustituido por esencias sintéticas.

El hecho de que muchos amantes de los perfumes rastreen el mercado buscando muestras y frascos vintage reside, en buena parte, en el placer de extasiarse con el aroma de fragancias que hoy en día, y debido a las restricciones legales de sus componentes, no pueden encontrarse.

Materias primas sintéticas

Las prohibiciones sobre el uso de determinadas materias primas animales para elaborar perfumes y el desarrollo espectacular de la industria química han hecho que, en la actualidad, las materias primas sintéticas se hayan convertido en la base fundamental de la perfumería.

Este desarrollo químico ha permitido satisfacer las necesidades mundiales a un precio razonable. El aprovisionamiento de materias primas para elaborar perfumes está seguro y los costes de fabricación se han podido reducir para, así, ayudar a una cierta democratización de perfumes y cosméticos.

Las materias primas sintéticas para elaborar perfumes pueden ser obtenidas de la naturaleza (como en el caso del linalool) o pueden ser creadas en laboratorio. En ocasiones estas materias primas sintéticas son reconstrucciones de aromas que no pueden encontrarse entre los aceite naturales (como en el caso de la persecución del aroma de la madreselva), en otras ocasiones son moléculas enteramente creadas en los laboratorios. Los aldehídos serían un ejemplo típico de este tipo de materias primas empleadas en la elaboración de perfumes. Uno de los primeros de ellos fue el benzaldehído, clave en el paso de la perfumería monocromática del siglo XIX a la perfumería sensitiva del siglo XX. Algunos de las materias primas sintéticas más comunes en la elaboración de perfumes serían la vainillina, el civetone, el geraniol o el cedrol, entre otros.

Todas estas materias primas (vegetales, animales y sintéticas) intervienen en mayor o menor medida en la elaboración de los perfumes que forman parte del catálogo de perfumes de CDNPerfumes.