Si deseamos escoger adecuadamente un cosmético para nuestra piel resulta de vital importancia el conocer cómo es ella, es decir, qué tipo de piel tenemos. En este artículo vamos a realizar una pequeña clasificación de los diferentes tipos de piel existentes y de las características de cada uno de ellas para que, en base a dicha clasificación, puedas saber qué tipo de piel tienes y, por tanto, qué tipo de cosmético necesitas.

Básicamente podemos encontrar los distintos tipos de piel:

  • Seca o muy seca.
  • Normal.
  • Mixta.
  • Grasa.

Veamos ahora cuáles son las características básicas de cada uno de estos tipos de piel.

Piel seca o muy seca

La piel seca se identifica por su tirantez, su tacto áspero, su falta de flexibilidad y sus zonas de irritación y enrojecimiento. La piel seca produce picores y lo es porque carece de hidratación.

En la piel seca, los lípidos, implicados en la hidratación y protección de la piel, se muestran insuficientes para cumplir con su tarea y, así, la piel pierde o ve disminuida su capacidad para retener el agua.

Una piel seca es una piel sensible. En ella hacen mella más fácilmente todas las agresiones externas. Al mismo tiempo, hay que señalar que la piel seca envejece más fácilmente que otros tipos de pieles. Las arrugas surgen con mayor rapidez y en mayor número en las pieles secas.

Entre los motivos que pueden esconderse tras la existencia de la piel seca pueden figurar:

  • Una agresión externa muy intensa (ocasional o continua). Entre este tipo de agresiones podemos encontrar las de carácter climatológico (el frío intenso o la sequedad ambiental extrema resecan la piel) y las de carácter químico (el uso de detergentes o de determinados productos químicos sería el más habitual).
  • Algún tipo de enfermedad dermatológica. La dermatitis atópica o la ictiosis serían dos de esas enfermedades. En caso de que la piel seca sea debida a algún tipo de enfermedad sería conveniente el consultar a algún dermatólogo para, de ese modo, encontrar el tratamiento adecuado para tratarla.

Para tratar la piel seca o muy seca hay que utilizar cosméticos que sirvan para nutrir e hidratar la piel. Desmaquillar y limpiar bien la zona maquillada es siempre importante para todos los tipos de pieles, pero en el caso de las pieles secas esta tarea se vuelve capital. Para ello, nada mejor que utilizar leches desmaquillantes, lociones sin alcohol y aguas micelares.

Piel normal

Si tuviéramos que describir una piel normal lo haríamos hablando de una piel suave al tacto, de poros poco visibles, con una buena hidratación y un tono bastante uniforme. A medio camino entre la piel seca y la piel grasa, la piel normal pose un ligero brillo y responde correctamente a las diferencias de temperatura y humedad.

Como piel fundamentalmente sana que es, la piel normal es una piel que resiste sin mayores problemas las agresiones que sobre ella puedan cometer la contaminación o los rayos ultravioletas.

La piel normal, sin embargo, no debe descuidarse. Hacerlo sería ponerla en riesgo. Por eso hay que evitar la fricción repetida de la misma, la exposición prolongada sin protección a los rayos del sol y los ambientes muy fríos o secos. Cuidar nuestra nutrición, evitar el estrés y cumplir con un ritmo de sueño normal son medidas que nos servirán para cuidar de nuestra piel si es un tipo de piel normal.

Para cuidar de una piel normal hay que saber desmaquillarse y lavar la piel correctamente y utilizar cosméticos que sirvan para hidratarla. La piel normal, además, permite el uso de mascarillas y exfoliantes siempre que no se abuse de estos productos. Una mascarilla una vez a la semana y una exfoliación suave una o dos veces a la semana podrían servir para dar a la piel normal un aspecto inmejorable.

Piel mixta

La mujer con la piel mixta es aquélla que presenta zonas normales o secas y zonas grasas. Dependiendo de las características propias de la persona, la diferencia entre ambas zonas puede estar más o menos marcada.

En las mujeres con este tipo de piel lo habitual es que la zona grasa de la piel se dé en lo que se conoce como zona “T”. Esta zona está formada por nariz, frente y barbilla. Con poros dilatados y brillante, esta zona tiene exceso de sebo, lo que puede provocar la aparición de espinillas y puntos negros. En el resto del rostro, es decir, tanto en las mejillas como en la sien, la piel tiende a ser normal o seca. Estas zonas pueden ser rugosas, tensas y pueden llegar a ser estriadas.

Este tipo de piel exige dos tipos de tratamientos, uno orientado a tratar la zona grasa y otro destinado a tratar la zona seca. La zona seca exige un tratamiento hidratante más intenso que el que se realiza en la zona grasa. La zona “T”, por su parte, debería tratarse con una mascarilla astringente o con un exfoliante una o dos veces a la semana. Al aplicar estos últimos cosméticos hay que tener cuidado con no afectar a la zona seca.

Otra opción de la que pueden disponer las mujeres que posean la piel mixta es recurrir a algún tipo de producto “todo en uno”. Las grandes marcas de cosméticos tienen en el mercado algunos de estos productos ideales para pieles mixtas.

Piel grasa

La piel grasa se caracteriza por tener un aspecto brillante y graso, tener los poros dilatados, tener una textura irregular y ser propensa a los puntos negros.

Las personas con la piel grasa tienen las glándulas sebáceas más grandes y numerosas de lo normal. Estas glándulas son las encargadas de producir el sebo. Éste, en cantidades normales, actúa como un escudo protector para defender a la piel de agresiones externas.

Las mujeres embarazadas o las que están pasando la menopausia tienen tendencia a tener la piel grasa. Los cambios hormonales experimentados por estas mujeres inciden directamente en la producción de sebo por parte de las glándulas sebáceas.

Otros factores que intensifican el carácter graso de la piel son el uso de productos demasiado agresivos, el estrés, la contaminación, la fatiga extrema y, por supuesto, una mala alimentación.

La piel grasa tiene tendencia a padecer la aparición de espinillas, puntos negros, granos y lo que se conoce como rosácea fulminante. Con este nombre se conoce la repentina aparición de granos llenos de pus en nariz, barbilla o mejillas. Cualquiera de estos efectos perniciosos de la piel grasa debe ser tratado con cuidado. Lo mejor es, como acostumbra a decirse, no tocarlos. Tocar o manipular alguno de estos granos puede dejar una pequeña pero imborrable cicatriz. Si la piel padece alguno de estos problemas lo mejor es tratarlos con un cosmético adecuado.

Los cosméticos específicos para la piel grasa deben cumplir dos funciones: eliminar el aspecto brillante de la piel y reducir o erradicar sus imperfecciones. Para ello no sirven, aunque muchas personas crean que sí, ni las lociones alcohólicas ni el jabón de Marsella. Tampoco la exposición al sol es buena, aunque pueda parecer que sí. Los rayos de sol favorecen la acumulación de sebo y esto, a la larga, provocará la salida de nuevos granos.

Para tratar la piel grasa lo mejor es utilizar leches, geles y jabones suaves. Los exfoliantes y las mascarillas, por su parte, deberán aplicarse una vez a la semana. Eso permitirá eliminar las impurezas en profundidad.

Ahora ya conoces los tipos de piel existentes. ¿Cuál es la tuya? Sea cual sea, CDNPerfumes tiene en su catálogo de cosméticos el producto que necesitas para cuidar de la piel de tu rostro. Para encontrarlo sólo tienes que bucear en ese catálogo.