Ya sabemos que elegir un perfume no es tan sencillo como a simple vista puede parecer. Ya hablamos de ello cuando dedicamos un artículo a los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un perfume. Una mínima educación del olfato, el saber que los perfumes no actúan de la misma manera en cada tipo de piel y el ser consciente de que la presencia de una joya puede hacer cambiar los matices de una fragancia eran, entre otros, algunos de los factores que, destacábamos, toda persona debe tener en cuenta a la hora de seleccionar un perfume.

Una vez elegido el perfume, debemos saber conservarlo. Después de todo, un perfume requiere una inversión de dinero que en ocasiones puede resultar ciertamente importante. Sería una tontería, pues, dejar que esa compra se malbaratase en un corto período de tiempo por no haber sabido conservarla correctamente.

Para conservar un perfume, para hacer que la fragancia del mismo se mantenga intacta durante un largo período de tiempo, hay que tener en cuenta una serie de consejos.

Algo que hay que tener siempre presente es que el calor juega en contra de la conservación de los perfumes. Para conservar un perfume resulta imprescindible alejarlo de la luz solar o de las altas temperaturas. Después de todo, el alcohol es uno de los componentes de todo perfume y todos sabemos que el alcohol es una sustancia fuertemente volátil. Para conservar un perfume aislándolo del calor lo mejor que podemos hacer es conservarlo en su caja original y guardarlos en un cajón o un armario. A los perfumes les sienta bien los ambientes frescos y oscuros. Incluso la nevera podría ser un buen lugar para conseguir que un perfume mantenga intactas todas sus propiedades.

Por comodidad y porque tenemos el uso del perfume asociado a las rutinas de aseo, tenemos una costumbre muy arraigada de tener nuestros frascos de perfume en el cuarto de baño. Esto es un gran error a la hora de conservar un perfume. ¿Por qué? Porque el cuarto de baño es un lugar en el que se producen numerosos cambios de temperatura, en especial cuando nos bañamos o duchamos con agua caliente.

El de guardar los frascos de perfume en el cuarto de baño no es la única rutina que tenemos que son perjudiciales a la hora de conservar un perfume. El de llevar el frasco de perfume en el bolso tampoco es una buena idea. Un bolso implica la existencia de dos factores: calor y movimiento. Ambos factores perjudican a un perfume, que ve reducida la duración de la fragancia. Para evitar que todo el perfume del frasco quede afectado, lleva en tu bolso un vaporizador de viaje.

Otra buena idea para conservar un perfume es la de no utilizar frascos demasiado grandes. Si se tienen frascos grandes, lo mejor es añadir partes de él a dosificadores más pequeños. Es evitará que, a fuerza de abrir y cerrar el frasco para cada uso, las propiedades de la fragancia original resulten alteradas.

Otro error que cometemos al utilizar un perfume, sobre todo cuando éste tiene un precio especialmente elevado, es el de conservarlo para ocasiones especiales y, por tanto, el de irlo consumiendo poco a poco. Cuanto más tiempo tenemos en nuestro poder un frasco de colonia más alcohol se evaporará y, por tanto, más quedará afectada la fragancia original del perfume. Después de todo, el perfume también caduca. ¿Que cuál es la fecha de caducidad de un perfume? Pues aproximadamente alrededor de dos años. Ya sabes: si intentas alargar el tiempo de uso de un frasco de perfume más allá de dos años estarás utilizando una fragancia que ya no será la misma que la original. No tiene, pues, sentido conservar un perfume más allá de esos dos años. Disfrútalo, pues, sin pensar demasiado en que acabará terminándose.