Puede parecer sencillo, ¿verdad? Entras en la perfumería, pruebas dos o tres perfumes, eliges uno y te vas. Sin más complicaciones. Pero no. Si actúas así es muy probable que salgas de la tienda sin llevar contigo la fragancia que, muy probablemente, mejor te vestiría. Si quieres saber cómo elegir un perfume, lee este artículo.
En él vamos a explicarte qué factores debes tener en cuenta para acertar. Y es que, no lo olvides nunca, lo que habitualmente llamamos colonia es, en el fondo, otro modo de vestirte. Escoger una fragancia es equivalente y tan importante como escofer una falda, una pantalón, una camisa o cualquier prenda de ropa.
Del mismo modo que cuando buscas una prenda te quedas con aquella que mejor se adapta a tus gustos y mejor te sienta, también cuando buscas un perfume debes actuar del mismo modo. No cualquiera vale. No cualquiera te sentará igual y proyectará a los demás la misma imagen de ti. Por eso el que elijas debe ser el que mejor vaya contigo.
Para que la elección se realice de manera correcta es importante, ante todo, saber identificar el tipo de fragancia que nos gusta. Ser capaz de distinguir si una colonia tiene notas amaderadas o afrutadas o florales debe servirnos para saber qué estamos buscando al entrar en la perfumería.
Para ello es importante tener mínimamente educado el olfato y ser consciente de que no todos los perfumes actúan del mismo modo en cada tipo piel. La epidermis tiene la facultad de transformar las características de una fragancia y eso hay que tenerlo siempre presente.
Una misma fragancia puede oler distinta (y seguramente lo hará en sus más últimos matices) en dos pieles distintas. Incluso la presencia de algún tipo de joya puede hacer que las características de la epidermis cambien. El metal vuelve más ácida la piel que está en contacto con él y esa mayor acidez hace variar el efecto de la fragancia sobre la misma.
La persona que va a elegir una fraganica también debe saber que ésta puede ser muy apropiada para determinadas circunstancias y no serlo tanto para otras, que el día puede pedir una en la que predominen unas notas aromáticas determinadas y, en cambio, una noche especial puede exigir otro tipo de colonia.
La publicidad y cómo elegir un perfume
Lo primero que debe tener en cuenta quien se pregunta cómo escoger un perfume es que, a la hora de realizar la elección, debemos abstraernos de algo que ejerce un peso más importante de lo que creemos sobre nuestras decisiones a la hora de elegir una fragancia. Ese algo es la publicidad.
El poder del marketing no puede obviarse, pues puede llegar a ser decisivo a la hora de realizar una elección de este tipo. No en vano, el marketing existe para cumplir una finalidad. Si esa finalidad no se cumpliera, las grandes empresas y marcas de perfumería no invertirían las grandes cantidades de dinero que invierten en contratar estrellas y modelos de primera línea, en llenar de carteles publicitarios nuestras paradas de autobús y nuestras estaciones de metro o en emitir en prime time spots televisivos.
Y esa finalidad no es otra que la de empujar al consumidor a elegir un determinado producto o a realizar una determinada acción de compra, independientemente de que la opción escogida sea, finalmente, la que mejor le sienta a nuestra piel.
La función de toda esta parafernalia publicitaria es principalmente una: vender un estilo de vida. Abstraerse del deseo latente de poseer ese estilo de vida que la publicidad ha introducido en nuestro inconsciente puede ayudarnos, a la hora de comprar un perfume, a no cometer el error de marchar con un aroma no idóneo para nuestras características.
Un aspecto que hay que tener presente si queremos saber cómo elegir un buen perfume es saber qué fórmula necesitamos. ¿Eau de toilette? ¿Parfum? ¿Loción? ¿Eau de parfum? ¿Agua fresca? Como decíamos anteriormente, quizás cada momento del día exija una fórmula distinta. El perfume o el eau de parfum (que son fórmulas más intensas) podrían servir para las noches. El Eau de toilette o los polvos perfumados, por el contrario, podrían servir para el día.
¿Cómo se “cata” una colonia?
Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta ahora, hay que saber cómo “catar” un aroma. Delimitada la familia olfativa gracias a una mínima experiencia previa (ya debemos saber si nos gustan los aromas afrutados, los cítricos, los orientales, los amaderados…), llega la hora de realizar la cata propiamente dicha. Es decir: la hora de dar respuesta a la pregunta “qué tipo de perfume debo usar” y actuar en consecuencia.
Las mouilletes, esas pequeñas tiras de papel o cartón que las perfumerías ponen a nuestro alcance, pueden servir para darnos una idea aproximada de una fragancia. La gran ventaja de las muilletes es que evitan que la colonia que vamos a probar pueda mezclarse con la que llevemos puesto (si ése es el caso, aunque lo ideal es acudir sin ir perfumados).
¿Cuál es la gran desventaja de las tiras olfativas de papel? Que no podemos comprobar qué efecto tiene dicho perfume sobre nuestra piel. Cada piel tiene un pH característico y son muchas las personas que se preguntan: ¿cómo elegir un perfume según mi pH? A estas personas les diremos que lo más recomendable es probar las fragancias primeramente sobre la mouillete para, a continuación, probarlo sobre la piel.
Antes de colocarlo sobre la piel debes saber en qué parte de tu piel colocarlo. Es bueno ponerlo sobre aquella zona en la que puedas tomarte el pulso. Puede servir el cuello, claro, pero el lugar que te va a permitir olerlo mejor va a ser en el interior de la muñeca. Una vez puesto ahí, no frotes nunca una muñeca con otra. La fricción altera las moléculas del perfume y modifica su fragancia.
Una vez puesto, hay algo que debes tener absolutamente presente antes de escoger un perfume y es que éste no debe ser valorado en dos minutos. En ese tiempo sólo podrás percibir las notas olfativas altas o de salida, es decir, las más frescas y volátiles.
Será a los diez minutos aproximadamente cuando comiencen a aparecer las notas medias o de corazón. ¿Quiere esto decir que tras transcurrir esos diez minutos ya puede tomarse una decisión? No. Aún faltarán veinte minutos más para que aparezcan las notas bajas o de fondo, es decir, aquellos aromas que serán los que, algunas horas después, puedan percibirse del perfume. Será en base a estas notas olfativas como se pueda tomar una decisión correcta.
