El de Coty es uno de los nombres míticos de la historia de la perfumería. François Coty, que había hecho prácticas de perfumería en Grasse, una de las grandes casas de perfume de la época, fundó la compañía que llevaría su nombre en 1904, en París. Coty, empresario de raza, llegaba al mundo de la perfumería con ánimos revolucionarios. Eran años de efervescencia cultural y de grandes avances en el mundo de la química. Él, junto a la familia Guerlain, iba a ser uno de los encargados de hacer que la perfumería saliera de la apatía en la que había vivido durante gran parte del siglo XIX.

Tal y como se afirma en la web de Coty, el fundador de la casa iba a dedicarse a reinventar la paleta de fragancias del perfumista. François Coty fue determinantemente innovador a la hora de combinar en sus fragancias componentes naturales con fragancias conseguidas artificialmente.

La estrategia de Coty, al fundar su empresa de perfumería, se basaba en la fabricación de perfumes que, siendo novedosos, fueran asequibles para un mercado de poder adquisitivo medio. Para conseguir ese producto se rodeó de artistas y fabricantes de vidrio que, con su diseño, hicieran soñar a las clases medias con la adquisición de un producto de lujo al comprar un perfume.

Con esa idea por bandera Coty consiguió llegar a un público más amplio, las ventas se hicieron masivas y su empresa empezó a crecer a marchas aceleradas. A ello colaboró, sin duda, su idea visionaria del negocio de la perfumería y la cosmética. Empaquetar jabón, perfume y crema con el mismo aroma en el mismo pack fue idea suya. Se anunció antes que nadie en carteles, catálogos y revistas. Dedicó escaparates enteros a un solo producto. Regaló muestras a las clientas. Todo esto, que hoy parece tan natural en el mundo de la mercadotecnia y el marketing de los productos de perfumería, empezó a hacerlo él. Coty pareció intuir antes que nadie por dónde iban a ir los tiros del mercado. Así, en 1912 abrió filiales en Nueva York y Londres y siguió expandiéndose por los mercados alemán, suizo, español, sudamericanos, etc. Poco más de una década después, los productos de Coty habían llegado a unos 36 millones de mujeres en Europa y América.

Chypre, Emeurade, L’Origan, Le Vertige, Eau de Coty, Paris, Le Nouveau Cyclamen, Jacinthe, Heliotrope o L’Aimant son algunos de los perfumes creados por François Coty. Su muerte, en 1934, tuvo lugar cuando la empresa no pasaba por el mejor momento. Tampoco él. Las crónicas y los biógrafos hablan de un hombre que murió arruinado y solo, quizás víctima de sus propios excesos.

Un plan de choque y de rediseño total de la empresa y la consecución casi milagrosa de financiación permitió que ésta remontara el vuelo al final de la Segunda Guerra Mundial. Los años siguientes fueron años de altibajos. Finalmente, en 1963, Coty y su división internacional fueron compradas por Pfizer & Co. En 1992, Coty fue comprada por Benckiser Consumer Products. Varios años después, casi la mitad de las ventas de la compañía estaban centradas en el sector del perfume. La otra mitad se centraban en los productos cosméticos y de belleza.

En mayo de 2005, Coty compró varias marcas de perfumes a Unilever Cosmetics International. Entre dichas marcas se encontraban Calvin Klein, Cerruti, Chloé y Lagerfeld. En la actualidad, perfumes de la marca Davidoff, Marc Jacobs, Adidas o Playboy pertenecen a Coty, que se ha convertido en una empresa presente en todo el mundo. Sus plantas de producción en Reino Unido, España, Francia, Mónaco, China, Carolina del Norte, Los Ángeles, Phoenix, etc. la convierten en una de las empresas líder del mercado masivo de perfumes.

Suyos son los perfumes y marcas de productos de belleza Lancaster, Balenciaga, Guess?, Manhattan, Pierre Cardin o Astor y todos aquellos a los que han prestado su nombre artistas como Jennifer López, Sarah Jessica Parker, Beyoncé Knowles, Celine Dion, David y Victoria Beckham, Halle Berry, Kate Moss, Kilie Minogue o Lady Gaga.