Si ha habido un español que pudo codearse con lo más exquisito y selecto del universo siempre selectivo de la alta costura y ensalzado por éste por unanimidad ése fue Cristóbal Balenciaga.

Nacido en enero de 1895 en Getaria (Guipuzkoa), Balenciaga abrió su primera sastrería en San Sebastián en 1915. Sólo seis años después, en 1921, consiguió instalarse en Madrid.

En 1935 abrió una sastrería en Barcelona. Esta sastrería sólo estuvo abierta un año. El estallido de la guerra civil en 1936 hizo que el creador marchara a París.

En 1937, el diseñador vasco ya había abierto su tienda en la capital francesa. Lo hizo en un sitio privilegiado, en el número 10 de la Avenue Georges V, cerca del Grand Palais, casi a orillas del Sena, junto al puente de l’Alma.

Su conocimiento del oficio de la costura y su imaginación le permitieron trabajar de manera excepcional con formas y volúmenes convirtiéndose en un maravilloso escultor de vestidos.

En los años 50, el diseñador vasco ya era un nombre de referencia imprescindible en la alta costura internacional. Sus diseños de vestidos con hombros caídos, cintura pinzada y caderas redondeadas utilizando tejidos de peso enriquecidos con bordados a mano, lentejuelas y pedrería ayudaron a crear la imagen de exquisitez que siempre se ha asociado a su nombre.

Los vestidos negros, los abrigos cuadrados sin cuello, las mangas japonesas, el vestido túnica o los impermeables transparentes son, también, algunas de las creaciones que ayudaron a colocar el nombre de este creador español en un puesto tal que le permitió no sólo realizar el vestido de novia de la Reina Fabiola de Bélgica, sino vestir a auténticas e inmortales diosas del celuloide como Marlene Dietrich o Greta Garbo.

En la actualidad, vestir unas zapatillas Balenciaga, una camiseta Balenciaga o un bolso de este prestigiosa marca sigue siendo sinónimo de exquisitez y glamour.

Balenciaga

Museo Balenciaga

Una excelente manera de acercarse a todo ese glamour y de conocer mejor la obra de este irrepetible artista del universo de la alta costura es acercarse a Getaria, su población natal, y visitar el Museo Balenciaga.

Inaugurado en junio de 2011, este museo dispone de 6.000 metros cuadrados ubicados en el palacio Aldamar, antigua vivienda de los marqueses de Casa Torre, personajes íntimamente ligados a la biografía del diseñador. No en vano, ellos eran abuelos de la Reina Fabiola y fueron mentores del artista español durante los primeros años de carrera profesional.

El museo cuenta con un fondo de más de 1.200 prendas y complementos diseñados por el artista vasco. Los maniquís, por su parte, reproducen los cuerpos de las personas para quienes fueron creados los modelos expuestos.

Al mismo tiempo, el carácter fluido y casi transparente de las vitrinas hace que el espacio adquiera un aire mágico e intemporal, ideal para disfrutar de la obra del insigne diseñador.

Los fondos de este museo se exhiben de forma rotatoria. Eso garantiza el poder contemplar diversas obras en diferentes visitas. Las piezas se exponen, trasladan y guardan cuidando al máximo las condiciones ambientales de las estancias en que están.

Las condiciones lumínicas de las diferentes salas del museo, así como la humedad de las mismas, también están reguladas para evitar que los materiales puedan sufrir deterioros.

La colección de este museo de la alta costura se ha reunido a partir de donaciones y préstamos. Clientas destacadas y millonarias donaron parte de su fondo de armario en agradecimiento a quien las había vestido durante muchos años para que así un artista de esta talla gozara de un museo que rindiera merecidísimo honor a su memoria.

Zapatillas Balenciaga

Perfumes y fragancias

Una fecha importante en la historia la marca es la de 1947. Ése fue el año de la aparición de Le Dix, el primer perfume Balenciaga. Con ese nombre se pretendía rendir homenaje a la dirección de la tienda, al número de la Avenida Georges V en que se ubicaba la maison.

Le Dix, elaborado por Francis Fabron (autor también, entre otros, del L’Air du Temps de Nina Ricci o L’Interdit de Givenchy) era un perfume que reunía notas aromáticas de aldehído, durazno, bergamota, lima ácida y cilantro entre sus notas de salida; de lila, jazmín, ylang-ylang y raíz de lirio en sus notas de corazón; y de vainilla, vetiver, algalia, benjuí, almizcle, ámbar, haba tonka, sándalo y bálsamo del Perú entre sus notas de fondo.

Tras este perfume vio la luz La Fuite des Heures (1949). Este perfume, fruto de la nariz Germaine Cellier, contiene aldehídos, musgo de roble, jazmín, violeta, notas florales, anís, tomillo, cuero, ámbar y algunas notas amaderadas.

El tercer perfume de la casa, lanzado al mercado en 1955, fue Quadrille. En este caso, los aromas escogidos para la composición fueron la ciruela, el melocotón y el limón para las notas de salida; el clavo de olor, el jazmín y el cardamomo para las de corazón; y el ámbar y el almizcle para las de salida.

En 1962 vio la luz Eau de Balenciaga, una fragancia que integraba, en perfecto y personalísimo equilibrio, aromas a lavanda, romero, bergamota, limón, clavel, jazmín, geranio, vetiver, almizcle y ámbar, entre otros.

Otros perfumes que han formado o forman parte del catálogo de perfumes de la marca fundada por el creador español son Balenciaga (fragancia destinada al público femenino así como la versión Pour Homme de este mismo perfume), Cristóbal, Cristóbal pour Homme, Ho Hang, Michelle, Portos, Prelude, Rumba, Talisman o Florabotanica.

Perfume Balenciaga