Los fijadores de perfumes

El efecto olfativo de una maravillosa composición aromática podría esfumarse al instante si los maestros perfumistas no contaran con la ayuda inestimable de lo que se conoce con el nombre de fijadores de perfume. Hay que valorar que el alcohol participa activamente en la composición de los perfumes y que su volatilidad, como se sabe, es muy alta.

Se conoce como fijadores de perfume a una serie de sustancias que, compensando esa volatilidad del alcohol que interviene en la elaboración de los perfumes, sirven para fijar y hacer perdurar el acorde aromático que el maestro perfumista haya elaborado.

La necesidad de los fijadores de perfume ya era algo conocido por egipcios y griegos. En algunos escritos de Teofrasto, que vivió hacia el 370 a.C. se recogen algunas notas sobre su existencia.

Los fijadores de perfume no tienen por qué oler necesariamente bien. El valeriánico, la algalia, el castoráceo o el indol, por ejemplo, despiden un olor ciertamente desagradable. Por el contrario, la vainilla, el incienso, el benjuí, el almizcle o el ámbar tienen un olor más agradable. El ftalato etílico o el benzoato de bencilo, por su parte, serían fijadores de perfume prácticamente inodoros.

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Fijadores animales y vegetales

Los fijadores de perfume que tradicionalmente se han utilizado en la elaboración de perfumes han sido de origen animal y vegetal.

Fijadores animales

Los primeros elaboradores de perfume utilizaron fijadores de origen animal. ¿Qué fijadores eran ésos?

• La algalia. Ésta es una sustancia que es segregada por una glándula próxima al ano de la civeta o gato de algalia.
• El almizcle o musk. Ésta es una sustancia segregada por los genitales de una variedad de ciervo que se puede encontrar en el Himalaya y en el Tíbet. Esta sustancia se acumula en la glándula almizclera. Para extraer esta glándula había que matar al animal. El almizcle fue siempre un fijador de perfumes muy caro. Para obtener un quilo de almizcle había que matar entre 30 y 50 de estos ciervos. De la rata almizclera y del gato almizclero también podía obtenerse un almizcle de menor potencia.



• El ámbar gris. El ámbar gris es una secreción producida por el cachalote.



• El castoráceo. Ésta es una sustancia segregada por el castor y la pueden producir tanto los machos como las hembras.

Las asociaciones de defensa de los animales pusieron ya hace algunos años sobre la mesa el tema del uso de productos animales para elaborar perfumes. El debate sigue abierto. ¿Es justo matar animales para obtener esos productos? Ésa es la pregunta central del debate. La búsqueda de una perfumería más ecológica y más responsable con el medio ambiente ha hecho que, poco a poco, y ante los cambios legislativos internacionales introducidos, se potencie la elaboración de sustitutos de todos esos fijadores de perfume animales a partir de la síntesis química. Los fijadores obtenidos por dicho sistema actúan de manera semejante a como lo harían los fijadores de perfumes animales, pero sin tener unas notas aromáticas tan intensas.

Fijadores vegetales

¿Qué son los fijadores de perfumes vegetales? Fundamentalmente, algunos tipos de aceites, resinas, gomas, gomorresinas, bálsamos exudados por una planta determinada y las secreciones de éstas.

Entre los fijadores vegetales podemos destacar:

• El gálbano. El gálbano es una gomorresina extraída de la raíz de la Ferula gummosa mediante extracción.



• El lirio. El lirio ofrece una doble opción de utilización. Por un lado puede ser una nota aromática utilizada para modificar un perfume. Por otro, puede ser el componente principal de una fragancia. Dentro de las diferentes especies de lirio adquiere especial relevancia en perfumería el lirio de los valles o “muguete”. Si no se utiliza la esencia natural de esta planta puede usarse un producto de síntesis elaborado a partir de los siguientes componentes: acetato cinámico, aldehido hidrocinámico, , aldehido ciclámico, fenilpropanal, bourgeonal, yonona, rodinol, absoluto de rosa y absoluto de jazmín.



• El musgo de roble o encina. Suele asociarse con el lirio, el ylang-ylang, la salvia o el sándalo (entre otros). Esta asociación permite que el perfume adquiera lo que se conoce como “cuerpo de un perfume”.

Al elaborar un perfume los perfumistas no utilizan un único fijador. Lo habitual es utilizar diferentes fijadores de perfumes para conseguir una combinación de los mismos que, al tiempo que deje un rastro aromático determinado, consiga una fijación más adecuada y duradera del aroma. Lógicamente, se busca siempre que el aroma del fijador sea compatible o complemente las notas olfativas más importantes y determinantes del perfume.