En las orillas de los ríos. Es ahí donde crece el vetiver, una planta perenne de la familia de las gramíneas y que, estando emparentada con la citronela, la hierba limón o la palmarosa, es muy utilizada en perfumería ya que posee un efecto armonizador y fijador, al tiempo que enriquece y potencia a las fragancias, haciendo, además, que el resto de ingredientes de un perfume se integren mejor entre sí. Por todas estas virtudes, el vetiver es tan valorado en perfumería. De hecho, según algunas cifras, más de un tercio de los perfumes elaborados y vendidos en occidente contienen esencia de vetiver. Originaria de la India, esta se cultiva y crece ahora ahora, aparte de en la India, en Haití, Java, China, la isla de Reunión y Brasil. Por su parte, entre los mayores consumidores de vetiver del mundo podemos encontrar Japón, Estados Unidos, Europa y, por supuesto, la India.

La planta del vetiver tiene una altura que oscila entre el metro y el metro y medio. Sus raíces pueden entrar en la tierra hasta una profundidad de 4 metros formando una enrevesada trama de finas y pequeños rizomas (raíces pequeñas). Esta gran capacidad para profundizar en la tierra hace que el vetiver sea una planta muy utilizada a la hora de sustentar y estabilizar terrenos que corren el riesgo de sufrir desprendimientos o padecer, por ejemplo, el azote de los monzones.

Las hojas del vetiver, que pueden servir para elaborar papel, sirven también para fabricar esterillas. Las esterillas elaboradas con hojas de vetiver son muy comunes en la cultura hindú ya que, aparte de ser aromáticas, sirven para mantener el ambiente fresco y para limpiarlo de toxinas.

Es precisamente de las raíces del vetiver de donde se obtiene el aceite esencial de esta planta. Para obtenerlo, los rizomas de vetiver se lavan, se cortan en trozos y se ponen a secar al sol. Una vez se han secado, el aceite esencial se obtiene mediante la destilación al vapor de agua de dichos fragmentos de rizomas puestos a secar. La mejor calidad en este proceso de destilación se obtiene cuando las raíces tienen entre 18 y 24 meses. El hecho de que sea relativamente sencillo obtener el aceite esencial de vetiver y de que el rendimiento de éste sea notable hace que la esencia de vetiver no sea un producto excesivamente caro. Y eso teniendo en cuenta que, por su complejidad inimitable, el aroma o la esencia de vetiver no puede ser elaborada de manera sintética. No podemos encontrar, pues, un vetiver de laboratorio.

Al aceite de vetiver se le atribuyen propiedades medicinales, pues es considerado anti-inflamatorio y antiséptico. También es empleado en cosmética, donde es muy apreciado gracias a su utilidad a la hora de tratar el acné y la piel irritada, así como para dar un aire más joven a las pieles maduras.

El aceite esencial de vetiver posee una marcada acción relajante. Es por este motivo por lo que en la India, Sri Lanka y en otros países del entorno se conoce al aceite de esta planta como “el aceite de la tranquilidad”. Empleado como infusión, ayuda a luchar contra la depresión, el insomnio y la tensión nerviosa; por lo que se recomienda a las personas que padecen problemas de estrés el usarlo como aceite de masaje. Al mismo tiempo, el aceite esencial de vetiver calma la artrosis, los dolores musculares y el reumatismo.

El vetiver tiene un olor amaderado, amargo, seco, ceniciento y terroso, pero, al mismo tiempo, aporta a aquellas formulaciones en las que participa un cierto deje a cítricos que resulta muy refrescante. Más utilizado en fragancias masculinas que en perfumes femeninos, el vetiver es uno de los ingredientes estrella en los llamados perfumes nicho.

El vetiver puede presentar matices distintos dependiendo de donde haya crecido. Dentro de él, podemos destacar cuatro tipos:

  • El producido en Haití. Con un carácter más especiado-apimentado, evoca notas de iris y violetas. Éste es el tipo de vetiver que encontramos, por ejemplo, en Vetiver de Guerlain o en Sycomore de Chanel.
  • El producido en la India. Este tipo de vetiver tiene un carácter algo más terroso. Más seco y amaderado, lo podemos encontrar en L’Eau Boiseé de Guerlain.
  • El vetiver de Java. El vetiver producido en esta isla es más ahumado, aunque tiene notas verdes y de dulzor.
  • El vetiver de Sri Lanka. Es, de entre los diferentes tipos, el más amaderado.
  • Variedad Bourbon. De entre todas las variedades de aceite esencial de vetiver, ésta es la variedad más fina y de matices más tersos.