Hablar de Loewe es hablar de una de las marcas de marroquinería más antiguas de España. Exactamente fue en 1846 cuando se abrió el taller de marroquinería que sería el germen de lo que hoy es Loewe en lo que entonces era la calle del Lobo y hoy es la calle Echegaray de la capital de España. El nombre de la marca le sería dado por Enrique Loewe Roessberg, un artesano alemán que, en 1872, llega a España y se asocia con el taller de marroquinería ya señalado.

El progresivo éxito de la marca hizo que ésta se instalara en la cercana calle del Príncipe en 1892. Fue en ese instante cuando la empresa empezó a ganar verdadera notoriedad, tanta que, en 1905, el rey Alfonso XIII entrega a la casa el título de Proveedor de la Casa Real. Las siguientes aperturas de tiendas de la marca se produjeron en Barcelona en 1910 y en 1918. A partir de ese momento, Loewe seguirá abriendo tiendas en diferentes puntos de la capital y en otras ciudades. Si la apertura de su tienda en la calle Serrano en 1959 supuso una modificación del estilo imperante en los establecimientos de artículos de lujo, la de la tienda en Londres marcó el pistoletazo de salida para su expansión internacional.

El de 1972 fue el año de la elaboración de L de Loewe, el primer perfume de la marca. En la actualidad, la marca comercializa un amplio abanico de perfumes para hombre y para mujer. Entre los destinados al público masculino encontramos Agua, Esencia, Loewe Pour Homme, Solo o 7. Entre los destinados a mujer, el mítico Aire y sus diferentes variantes (Aire Allegro, Aire Sensual, Aire Evasión, Aire Loco, Aire Atardecer), Agua, Gala, L de Loewe, Aura o Quizás Pasión.

El perfumista de Loewe es Emilio Valeros. Valeros adquirió la vocación de su padre, que trabajaba en el mundo de la composición perfumista. Sus primeros pasos como futuro perfumista, sin embargo, los dio en Gal. Fue esta empresa quien le abrió las puertas de su futuro como nariz. Se especializó en Grasse, cuna de la perfumería, se formó en París y colaboró con empresas perfumistas internacionales como Firmenich, Givaudan o IFF antes de entrar, hace ya más de veinte años en Loewe. La elegancia de su tarea como compositor de perfumes es bien conocida y apreciada por todos los amantes de la marca madrileña.

En los años 80, esta marca formó parte de lo que se conoció como Grupo Rumasa. Expropiado por el gobierno, la empresa fue entregada por el mismo al grupo Urvois Spinola. En 1987 Loewe llegó a un acuerdo con el grupo de artículos de lujo LVMH (Louis Vuitton) y en 1996, coincidiendo con el 150 aniversario de la firma, se produjo la compra de Loewe por el referido grupo.

Hoy en día, Loewe tiene más de 160 tiendas alrededor del mundo y posee filiales en Hong Kong, Shanghai y Tokio. La facturación de Loewe a nivel mundial (según analistas del mercado del lujo) ronda los 200 millones. El 60% de las ventas de la marca se concentran en España y Japón.

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