No es lo mismo una piel reseca y deshidratada que una piel que se va secando durante el día. Y, no siendo lo mismo, cada una de esas pieles necesitará un tipo de producto diferente. Dependiendo de la función que deseemos que cumpla nuestro cosmético (hidratar, iluminar, exfoliar, reafirmar, nutrir…) así serán los componentes que éste deberá poseer. Vamos a comprobar, a continuación, los diferentes componentes que deberá llevar nuestra crema para cumplir una u otra función.

Si queremos hidratar nuestra piel, nuestra crema deberá poseer, entre otros componentes, una dosis de glicerina, urea o dexpanetol. La glicerina, de origen vegetal, cumplirá en las cremas hidratantes las función de lubricar y mantener suave la piel al tiempo que la humecta. El dexpanetol o vitamina B5, por su parte, cumple en la crema hidratante la función de cuidar de la capa más superficial de la piel (estrato córneo) para que, así, pueda evitar la pérdida de agua. Aportar precisamente agua a la misma es la función principal de la urea. La urea, una sustancia de desecho que el organismo genera al metabolizar las proteínas, se utiliza en los productos cosméticos en concentraciones que en ningún caso superan el 10%.

Si lo que deseamos es exfoliar la piel (esto es: eliminar las células muertas de la epidermis) buscaremos un cosmético que tenga alguno de los siguientes componentes:

  • Ácido salicílico. Este componente ayuda a eliminar las células muertas de la capa más superficial de la piel al tiempo que penetra en el fulículo y elimina las impurezas del cutis.
  • Ácido glifólico. Este producto, derivado de la caña de azúcar, tiene el don de penetrar en la piel y producir una exfoliación profunda. El ácido glifólico, al igual que el salicílico, puede irritar las pieles sensibles. En cuanto a su uso, hay que evitar la exposición al sol mientras se esté utilizando un cosmético que los contenga.
  • Ácido retinoico. Recomendado contra el fotoenvejecimiento y contra las pieles con acné, el ácido retinoico deriva de la vitamina A y debe ser aplicado durante la noche, al igual que el ácido glifólico y el salicílico.
  • Óxido de aluminio. Este componente de los cosméticos se comporta sobre la piel como lo haría una lija, es decir: eliminando las impurezas y limpiándola en profundidad realizando una tarea de arrastre sobre la misma.

Para regular el sebo, por su parte, deberemos buscar cosméticos que posean niacinamida y gluconato de zinc. La primera es un derivado de la vitamienta B3. Antiinflamatoria y despigmentante, la niacinamida reduce la producción de sebo. Eso hace que sea un componente de las cremas cosméticas especialmente indicado para aquellas personas que padezcan acné o dermatitis seborreica. La niacinamida está especialmente indicada, también, para las pieles muy grasas.

El glutonato de zinc, por su parte, es un componente de crema cosmética con unas propiedades parecidas a las de la niacinamida. Además, el glutonato de zinc sirve para frenar la proliferación de microorganismos presentes en los casos de acné y cumple una función cicatrizante.

La vitamina C es un componente para cosméticos que no puede faltar en los sérum antioxidantes e iluminadores. Al ser antioxidante, la vitamina C es un componente muy indicado para figurar en cosméticos destinados a pieles maduras. Además de intervenir en la formación del colágeno (lo que ayuda a mejorar el aspecto de la piel), inhibe la acción de los radicales libres.

La hidroquinona, por su parte, se utiliza para despigmentar la piel. Utilizada en productos cosméticos destinados a personas con lentigos, todo producto que contenga esta sustancia debe ser recetado por un médico.

A las pieles que padecen carencia de lípidos les van bien los cosméticos que contienen manteca de karité. El karité es un árbol que crece en las sabanas africanas. Su fruto, una especie de almendra de cáscara fina, es la base de la elaboración de la manteca de karité. Para elaborarla hay que hervir y triturar el fruto del karité o “árbol de mantequilla”. Esta manteca es muy nutritiva para la piel pero está contraindicada para aquellas personas que padezcan alergia al látex.

Las cremas reafirmantes, por su parte, para ser verdaderamente eficientes deben contar entre sus componentes con el ácido hialurónico. Éste, utilizado en las cremas cosméticas, hidrata y reduce la profundidad de las arrugas. Al cumplir esta función, el cosmético actúa como un rejuvenecedor de la piel.