Una piel joven y saludable. Eso es lo que todas las personas deseamos mantener y eso es lo que la industria de la dermocosmética nos promete. Para cumplir con su objetivo, la industria cosmética dice contar con tres aliados. Esos tres aliados, incluidos habitualmente en la formulación de sus productos, son el ácido hialurónico (al que ya dedicamos un post en nuestro blog), la vitamina C y el retinol.

El retinol es una de las formas que puede adoptar la vitamina A y entre las funciones que cumple dentro de los productos cosméticos podemos destacar las siguientes:

  • Previene la aparición de radicales libres. Los radicales libres son los responsables directos del envejecimiento de la piel.
  • Posee propiedades antioxidantes.
  • Exfolia las capas superiores de la piel.
  • Actúa sobre la estructura dérmica favoreciendo la producción natural de colágeno y la elastina. Al actuar de este modo, el retinol aumenta la elasticidad de la piel.

El nombre de retinol fue dado a esta forma activa de la vitamina A debido a su acción positiva sobre el funcionamiento de las retinas. Utilizado primeramente en la industria dermocosmética para tratar el acné, el retinol se utiliza actualmente para:

  • Minimiza las arrugas y las marcas de expresión.
  • Disminuir el tamaño de los poros y eliminar las imperfecciones de la piel.
  • Disminuir el tamaño y la intensidad de las manchas al inhibir la tirosinasa, una enzima que cataliza la producción de la melanina.
  • Unificar el tono de la piel.
  • Aportar luminosidad al cutis.

El retinol, y debido a su propia actividad, puede causar en algunos casos irritación, picor o enrojecimiento. Para evitar que esto pueda producirse hay que seguir los siguientes consejos:

  • Usarlo inicialmente en bajas concentraciones para, a partir de ahí, incrementar las dosis de manera progresiva. Este incremento progresivo de las dosis de retinol permitirá a la piel el acostumbrarse a él, lo que dificultará la posibilidad de que pueda producirse algún tipo de reacción adversa a su uso.
  • Aplicarlo por la noche. El retinol, al ser aplicado durante el día, puede reaccionar con la luz y generar manchas. En el caso de que nuestra piel fuera muy sensible, lo ideal sería utilizar el retinol solamente en invierno.
  • Tras haber aplicado el retinol por la noche, y para extremar las precauciones sobre la posibilidad de que surgieran machas por su reacción al sol, sería conveniente utilizar un fotoprotector a la mañana siguiente y reaplicarlo de manera prudencial cada cierto tiempo.
  • Si el retinol se aplica sobre una piel seca puede hacerse necesario el uso de un extra de hidratación.
  • A la hora de limpiar la piel hay que optar por un limpiador suave que carezca de detergentes e incluyan agentes hidratantes y calmantes como puede ser, por ejemplo, la avena. En este sentido, es mejor utilizar leches, aceites y cremas que jabones o espumas.

A la hora de escoger un producto cosmético con retinol es preferible, en todo momento, recurrir a una marca de confianza. La UE permite una concentración de retinol de hasta el 0,3%. En España, el producto comercializado con una concentración más alta alcanza el 0,1%.