Ernest Daltroff nació en el seno de una familia judía de la burguesía rusa en 1867. En 1902, Daltroff compra una pequeña mercería perfumería en la calle Rossini, en París. Esta pequeña perfumería, que se llamaba Emilia, se convirtió en la maison Caron. ¿De dónde provenía dicho nombre? Hay quien dice que del nombre de la antigua propietaria de la casa, Anne-Marie Caron. Otros sostienen que el nombre proviene de un acróbata de moda en la época.

Al mismo tiempo que compró esa pequeña perfumería, Ernest Daltroff compró un pequeño laboratorio en las afueras de París. En 1904, abrió su tienda en la rue de la Paix. Al fin iba a poder dedicarse a lo que era su sueño: la creación de perfumes. Con una preparación al respecto casi autodidacta, Daltroff contó con la impagable colaboración de Félicie Vanpouille.

Félicie Vanpouille, que era modista y de la que se dice que estuvo enamorado durante toda su vida, fue la encargada de diseñar los frascos de perfume y de cuidar de la imagen de la marca. Ella diseñó exóticos y caprichosos frascos redondos con cristal de Baccara que ayudaron a promocionar la marca. De la colaboración de Daltroff con Félicie Vanpouille nacieron algunos de los perfumes más innovadores del siglo XX.

El primer gran perfume que lanzó Caron fue Narcisse Noir. Aparecido en 1911, la actriz Gloria Swanson lo convirtió en un perfume tremendamente popular al mostrar uno de sus frascos en el film Sunset Boulevard. Tras él vinieron Tabac Blond (1912) o Nuit de Noel (1922). Si el primero estaba destinado a la mujer fumadora (una de las grandes novedades de las primeras décadas del siglo), el segundo destacaba por su sensual mezcla de notas florales y animales.

Bellodgia (1927) o En Avion (1930) fueron perfumes que ayudaron a consolidar a Caron como marca de referencia de la perfumería francesa. Su gran proyección en Estados Unidos (la casa se estableció en la Quinta Avenida) la hizo rivalizar directamente con Coty.

Uno de los grandes productos de esta casa de perfumes es, también, su polvo facial. El proceso de fabricación de este polvo facial que deja sobre la piel un leve aroma a rosa de Bulgaria es un secreto y su finura y categoría lo han convertido en un polvo facial de lujo.

La llegada del nazismo hizo que Daltroff, como judío que era, tuviera que exiliarse en Estados Unidos en 1939. Dos años después, en 1941, Daltroff murió en Canadá. En ese momento, Wanpouille tomó las riendas del negocio y se encargó de él hasta su jubilación, a la edad de 92 años, en 1962. Poco antes de morir, Félicie abrió una tienda suntuosa en la plaza Vendôme. En la década de los ochenta, se abrió una nueva tienda en la avenida Montaigne. Mesas de mármol, grandes espejos, maravillosas fuentes y arañas majestuosas son el sello distintivo de estas tiendas Caron.

Tras la muerte de Félicie Wanpouille, la casa Caron conoció un importante relanzamiento cuando llegó a la presidencia de la misma Sandy Bertrand. Se recuperaron las fórmulas de los perfumes clásicos de la casa (los ya citados y otros como N’Aimez Que Moi, Pour Homme o Fleurs de Rocalle) y se crearon nuevas fragancias como Nocturnes, Parfum Sacre (1991) o L’Eau de Caron.

En 1998, la casa Caron fue adquirida por Patrick Alès. En la actualidad, su perfumista es Richard Fraysse, hijo y nieto de perfumistas (su padre creó Arpege de Lanvin) y el catálogo de productos de Caron recoge perfumes como Impact Pour Un Homme (2005), Lady Caron (2000), L’Anarchiste (2000), Montaigne (2007), etc.