En el artículo que dedicamos en su día a la caída del cabello ya apuntamos que la misma podía deberse a muy diversos factores. Entre dichos factores podemos destacar los siguientes:

  • Factores genéticos. Éstos serían, por ejemplo, los responsables de la alopecia androgénica.
  • Carencias nutricionales de aminoácidos, vitaminas, oligoelementos o hierro.
  • Factores hormonales. Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo y el post-parto pueden provocar caída del cabello.
  • Factores patológicos. La quimioterapia y otros fármacos como pueden ser los retinoides o los antitiroideos provocan alopecia.
  • Pérdida de peso repentina.
  • Síndrome del ovario poliquístico.

En algunos casos, la alopecia no es tanto una alopecia que afecta al cuero cabelludo en su generalidad como a zonas concretas de éste. En este grupo incluiríamos las caídas del cabello producidas por el lupus, la tiña del cuero cabelludo, el liquen plano o la alopecia que se conoce como alopecia areata.

Si deseamos tratar la caída del cabello y prevenir su avance debemos, ante todo, saber qué tipo de alopecia es la que se padece. Para determinar el tipo de caída del cabello del que se trata los especialistas suelen prestar atención a los antecedentes familiares y al historial clínico de la persona que está perdiendo el cabello. En ocasiones, el especialista puede recurrir a la realización de diversos tipos de pruebas para determinar el tipo de caída del cabello que hay que tratar. Dichas pruebas pueden ir desde un simple análisis de sangre a una biopsia del cuero cabelludo pasando por una prueba de tracción o una microscopia óptica.

Una vez determinado el tipo de caída del cabello se podrá elegir qué tratamiento contra la caída del cabello aplicar para revertirlo o, en algunos casos, retrasarlo. Estos tratamientos pueden ser de tipo farmacológico o de tipo quirúrgico.

Tratamientos farmacológicos

Entre los tratamientos farmacológicos contra la caída del cabello podemos destacar dos, el minoxidil y el finasteride.

El minoxidil es un vasodilatador de venta libre que se utiliza para tratar la caída del cabello tanto en hombres como en mujeres. Tanto en forma líquida como en forma de espuma, se debe aplicar sobre el cuero cabelludo para, a continuación, frotarlo. Los efectos de este tratamiento contra la pérdida de cabello suelen verse a partir de los tres meses de iniciado el mismo, aunque se recomienda prolongar el mismo hasta un período de seis meses.

El minoxidil resulta efectivo en un porcentaje de casos que oscila entre el 30 y el 60 %. Teniendo beneficios, este tratamiento farmacológico contra la pérdida de cabello tiene, también, algunos efectos secundarios. Entre ellos podemos destacar el picor, la aparición de eritemas, la dermatitis irritativa o la sequedad de la piel.

El finasteride, por su parte, es un medicamento de venta bajo receta y aprobado para el consumo masculino o para mujeres posmenopáusicas. El finasteride debe consumirse a diario y se comercializa en forma de píldora. Para observar resultados en este tratamiento contra la caída del cabello debe prolongarse el mismo durante un período que oscile entre los seis meses. Durante ese tiempo, la persona que consuma finasteride deberá hacerlo en dosis de un miligramo diario. Según los especialistas de la Asociación Española de Dermatología y Venereología, el finasteride es más efectivo que el minoxidil a la hora de luchar contra la pérdida de cabello. Eso sí: al igual que sucede con el minoxidil, el finasteride posee también, aunque poco comunes, una serie de efectos secundarios. Entre ellos podemos destacar la disminución de la libido, la reducción del volumen de eyaculación y la disfunción eréctil.

Tratamientos quirúrgicos

En los casos en que no es posible luchar farmacológicamente contra la caída del cabello se puede recurrir al trasplante capilar, es decir, al proceso de colocar pelo de una zona del cuero cabelludo que no tiene alopecia y a la que se llama zona donante en la zona receptora o zona que padece la alopecia.

Prevenir la caída del cabello

Más allá de la efectividad o no de los tratamientos contra la caída del cabello reseñados en este artículo, lo que hay que tener siempre presente es que la prevención es fundamental y que, por tanto, hay que prestar especial atención a la elección y mantenimiento de las rutinas de cuidado del cabello. Para ello es importante tener siempre presentes los siguientes consejos:

  • Escoger buenos productos para su cuidado y limpieza. Un buen champú, una buena mascarilla capilar o un buen acondicionador del cabello influirán siempre positivamente en la salud de éste. Una vez escogidos estos productos, hay que saber qué no debe hacerse al limpiar el cabello. En nuestro artículo “Prácticas equivocadas para la limpieza del cabello” hacemos un listado de los errores más comunes que se cometen al mantener una rutina de limpieza del cabello.
  • No lavarse el pelo con agua demasiado caliente.
  • No secarse el cabello frotando con una toalla sobre él, sino presionando sobre el mismo y exprimiéndolo. En nuestro artículo “Trucos para secarse el cabello” puedes aprender distintas maneras de secarte el cabello sin dañarlo.
  • Peinarse preferiblemente con peines de dientes anchos, en especial cuando el cabello esté húmedo.
  • Mantener una dieta sana. ¿Cómo debe ser dicha dieta? En nuestro post “Alimentación y salud capilar” te lo explicamos.
  • Proteger el cabello del calor y de productos químicos demasiado fuertes.
  • Convertir el masaje del cuero cabelludo en una rutina. Realizado con suavidad, el masaje del cuero cabelludo no sólo servirá para disminuir el estrés (que es una de las causas de la pérdida del cabello), sino también para estimular la circulación sanguínea del mismo, lo que tiene un impacto positivo sobre el crecimiento del cabello.

Tener en cuenta todos estos consejos te servirá para tener un cabello sano y prevenir la caída del mismo. Si deseas escoger productos para el tratamiento capilar de primera calidad y a un precio excepcional, tienes que visitar nuestra tienda online.