La caída del cabello es una de las grandes preocupaciones del hombre. También es un problema que afecta a muchas mujeres. Las preguntas que surgen a raíz de ese fenómeno son muchas. Entre ellas podemos destacar las siguientes:

  • ¿Por qué a los hombres se les cae el pelo?
  • ¿Cuándo podemos hablar de alopecia?
  • ¿Qué tratamientos son útiles para evitarlo?
  • ¿Qué productos podemos usar para frenar el proceso?

No hay una sola respuesta para alguna de estas preguntas. Cada persona es un caso distinto y en cada alopecia puede influir una serie de factores determinados. En el 95% de los hombres, sin embargo, el motivo es androgenético, es decir, se debe a una mezcla de factores hereditarios y hormonales.

En algunos casos, sin embargo, la caída de pelo puede ser debida a situaciones de estrés físico o emocional o a una fase de ansiedad más o menos prolongada. Este tipo de pérdida de cabello recibe el nombre de efluvio telógeno y acostumbra a ser temporal.

Hay muchas personas que achacan la calvicie (en algunos casos) al haber utilizado en exceso gominas, lacas o ceras. No hay ningún tipo de estudio que demuestre esto ni que relacione el uso de gominas con un aumento de las probabilidades de sufrir algún tipo de alopecia.

En este artículo vamos a realizar un repaso de las causas que pueden provocar la caída del pelo, la relación que puede guardar ésta con nuestra alimentación, los tratamientos que podemos emplear para prevenirla y de cuándo debemos preocuparnos por ella.

Empezaremos hablando de las causas.

Caída del cabello

Caída del cabello: causas

Todos perdemos pelos a diario. De hecho, cada día perdemos entre 50 y 100 hebras. Habitualmente, el hecho de que, al mismo tiempo, regeneremos nuevas hebras, evita que nos demos cuenta de este fenómeno. Es cuando el cabello nuevo no se regenera cuando notamos la pérdida de pelo. Y es cuando nos preocupamos por las causas.

El perder pelo acostumbra a estar relacionado con alguno de los siguientes factores:

  • Herencia genética. Si nuestro padre ha sido calvo, es más probable que nosotros también lo seamos. A este trastorno se le llama alopecia androgénica y es la causa más común de calvicie.
  • Estrés.
  • Cambios hormonales durante el embarazo, el parto, la menopausia, etc.
  • Afecciones médicas. La alopecia areata, por ejemplo, se encontraría entre ellas. Esta afección está relacionada directamente con el sistema inmunitario y provoca pérdida desigual de la masa capilar.
  • Efecto secundario del consumo de determinados medicamentos. Entre ellos podemos encontrar algunos destinados a tratar la depresión, al artritis, el cáncer, la gota, los problemas cardíacos o la alta presión arterial.
  • Radioterapia irradiada en la cabeza.
  • Peinados y tratamientos. Los peinados que tiran mucho del pelo favorecen su caída. También lo hacen los modelados excesivos, las permanentes (aunque ya no son tan agresivas como antes) o los tratamientos con aceite caliente.

En una misma persona se pueden combiar varios factores.

Tal y como indicamos en nuestro artículo “Alimentación y salud capilar”, la caída de pelo puede guardar también relación directa con nuestra forma de alimentarnos. De ello vamos a hablar en el próximo apartado.

Alopecia

Caída del pelo y alimentación

Como hemos insinuado anteriormente existe una relación directa entre nuestra alimentación y nuestra salud capilar. Si tenemos un nivel bajo de vitamina B, hierro o una mala absorción intestinal, la calvicie tendrá lugar con mayor facilidad. También se producirá más fácilmente si padecemos anemia.

Lo importante, a la hora de alimentarnos, es proporcionar a nuestro organismo un correcto aporte nutricional. Para que ese aporte sea el adecuado hay que huir de las dietas vegetarianas no controladas por expertos, de los ayunos y de las dietas hipercalóricas.

Si queremos alimentarnos correctamente debemos incorporar a nuestra los siguientes componentes, imprescindibles todos ellos para tener un cabello sano:

  • Vitamina A y vitamina B. Estos componentes están muy presentes en las frutas y verduras y en productos como el brócoli, el tomate, los champiñones y las judías verdes.
  • Cobre. El cobre es importante para poder sintetizar la melanina de la masa capilar y lo podemos encontrar en mariscos, espinacas y nueces.
  • Zinc. Imprescindible para el crecimiento de nuesta cabellera, el zinc podemos encontrarlo en carnes y pescados.
  • Azufre. El azufre fortalece el pelo débil y quebradizo y se puede encontrar en carnes blancas y en productos como el hígado.
  • Hierro. Muy presente en la carne roja, sirve para oxigenar el cuero cabelludo y la pigmentación del cabello.
  • Polifenoles. Los polifenoles cumplen una función antioxidante y está presente en el aceite de oliva, la salvia, el chocolate o la albahaca.
  • Magnesio. Este componente activa las reacciones enzimáticas y está presente, por ejemplo, en las almendras.
  • Proteínas. Las puede aportar el pescado.

Alopecia areata

Cuándo es preocupante la caída del cabello

¿Cuándo debemos preocuparnos de que se nos caiga el pelo? Para tener conciencia de cuándo la pérdida capilar puede ser considerada un problema hay que conocer el proceso del crecimiento del cabello y asumir que éste se está cayendo continuamente.

El pelo no crece de manera continua; lo hace por ciclos. Nace, crece, muere y cae, iniciándose, a partir de ese momento, una nueva fase de crecimiento. De la rapidez o no con la que se inicie dicha fase de crecimiento dependerá nuestra densidad capilar.

Una pérdida normal es aquélla en la que no se supera la cifra de 150 hebras al día. Si la cantidad de hebras que se pierden al día supera esa cifra, entonces sería conveniente aplicar un tratamiento para la caída del cabello.

Los productos utilizados en estos tratamientos deben poseer entre sus componentes el aminexil, una molécula anticaída que lucha contra el proceso de rigidificación del cabello haciendo que éste se ancle de manera más sólida al cuero cabelludo.

¿Cómo saber la cantidad de hebras que se nos caen al día? Lógicamente, el cómputo que podamos hacer de los pelos caídos puede ser solamente aproximado. Para saber si se tiene o no algún problema serio basta con pasarse la mano por la cabellera. Si en la mano encontramos más de diez cabellos con raíz, hay que actuar de inmediato para, en la medida de lo posible, ralentizar su caída.

Dentro de este ciclo, hay una época del año especialmente crítica. Esa época es el otoño. En cierto modo, influye en este hecho el haber tomado el sol en exceso. El exceso del sol, al resecar el pelo, lo debilita.

Por eso es importante, cuando se toma habitualmente el sol, utilizar tratamientos reparadores que se basen en el uso de mascarillas capilares nutrireparadoras. Éstas, al tiempo que sirven para hidratar el cabello, le devuelva al mismo los nutrientes necesarios para mantener un adecuado estado de salud.

A continuación, y para finalizar nuestro artículo, vamos a darte una serie de consejos para prevenir la caída del cabello.

Caída del pelo

Prevención de la alopecia

Lo primero que debemos asumir es que no hay prevención posible para los casos de calvicie provocada por motivos genéticos. Los consejos que vamos a darte, pues, solo serán útiles en determinados casos de pérdida del cabello.

Dichos consejos son los siguientes:

  • Evita tratamientos fuertes. Las permanentes, las planchas para el pelo o los rizadores no casan bien con la salud capilar. Si vas a utilizar planchas alisadoras, usa un protector térmico.
  • Utiliza desenredante y péinate con un peine de dientes anchos, en especial si el pelo está mojado.
  • Antes de tomar un medicamento, pregunta al médico si puede causar pérdida capilar. Haz lo mismo si tomas algún tipo de suplemento nutricional.
  • Utiliza protectores solares si vas a exponer el cabello al sol durante mucho tiempo.
  • Reduce el consumo de tabaco o, directamente, deja de fumar. Además de tus pulmones, tu melena también te lo agradecerá.

Aquellas personas que estén sometidas a un tratamiento de quimioterapia pueden preguntar al médico sobre la utilidad de un gorro de frío. En algunos casos, este tipo de gorro puede servir para reducir la pérdida de cabello o, directamente, para evitarla.

Alopecia androgénica