La popularmente llamada piel de gallina es una de esos problemas cutáneos que, sin ser graves ni dañinos para la piel, resulta sumamente desagradable y preocupante para quien la padece. A nadie le gusta experimentar la sensación de que su piel, al tacto, se asemeja a la piel de un ave desplumada. Por eso es importante saber cómo luchar contra la queratosis pilaris, pues ése es el nombre médico que recibe la piel de gallina.

La piel de gallina, que, pese a aparecer preferentemente durante la adolescencia, puede presentarse a cualquier edad, aparece debido a la acumulación de queratina en la superficie de la piel. La queratina es una proteína propia de la epidermis, el pelo y las uñas. Acumulada en la superficie de la piel, ésta aparece salpicada de pequeñas protuberancias que, en algunos casos, adquiere la apariencia de espinillas. Es importante, a la hora de iniciar un tratamiento contra ellas, no confundir la piel de gallina con las espinillas, que son fruto de la acumulación de sebo.

La piel de gallina suele empeorar en invierno y a mostrarse menos virulenta, hasta prácticamente desaparecer en muchos casos, en verano. El motivo, como puede imaginarse, es el frío. El frío hace que la grasa y el agua que mantienen lubricada la epidermis disminuyan, lo que hace que la piel se vuelva más reseca.

El fenómeno de la piel de gallina o queratosis es propio de personas que tienen la piel reseca o que sufren dermatitis atópica, una especie de erupciones que surgen en la piel y que provocan picores a quienes la padecen. Hay estudios que apuntan a que ciertos alimentos como la leche y sus derivados pueden provocar un agravamiento de la piel de gallina, aunque por el momento no existen datos concluyentes que puedan servir para sostener dicha afirmación sin riesgo a equivocarse.

En muchos casos, la queratosis desaparece al finalizar la adolescencia. Cuando no es así o cuando la piel de gallina aparece en otras fases vitales, lo más recomendable es realizar algún tipo de tratamiento para acabar con ella.

Tratamiento contra la piel de gallina

El primer objetivo de todo tratamiento contra la piel de gallina es eliminar la acumulación de células muertas en la piel. ¿Cómo se consigue eso? Utilizando exfoliantes. Los expertos aconsejan utilizar estos productos cosméticos especializados en la eliminación de células muertas en la piel durante la ducha. Un suave masaje de unos 30 segundos en las zonas del cuerpo en los que existe la piel de gallina sería la manera más recomendable de aplicar los exfoliantes.

Los exfoliantes aplicados en los tratamientos contra la piel de gallina pueden ser en forma de crema o de gel pero es importante que posean en su formulación ácidos frutales o alfahidroxiácidos (AHA). Este componente es también muy útil para combatir las arrugas.

Tras el baño o ducha y la aplicación del exfoliante, los expertos recomiendan la aplicación de cremas humectantes que posean ácido glicólico que sirvan para favorecer la hidratación de la piel. Siendo la queratosis una afección de la piel propio de la gente con la piel reseca, la hidratación de la piel resulta fundamental en la lucha contra la piel de gallina. Así, dormir en un espacio en el que exista un humidificador puede servir para luchar contra la queratosis.

Para asegurar esa hidratación de la piel puede resultar muy provechoso para la persona que padece piel de gallina el utilizar cremas hidratantes que posean un mínimo del 10% de urea en su formulación y combinar la crema hidratante con otras cremas que, entre sus componentes, posean derivados de la vitamina A como pueden ser el ácido retinoico o el adapaleno.

Un tratamiento de este tipo suele acabar con la queratosis en un plazo que oscila entre los dos y tres meses. Si, a pesar de ello, la piel de gallina persistiese, podría resultar recomendable el seguir un tratamiento de peeling, micro-peel o, en casos extremos, microdermoabrasión. Para iniciar cualquiera de estos tratamientos dermatológicos contra la piel de gallina, sin embargo, habría que contar en todo momento con la aprobación y el seguimiento de un dermatólogo.

Los amantes de la dermatología naturalista rechazan gran parte de los tratamientos indicados. Para compensar la falta de ácidos grasos en la piel, causante de la piel de gallina, estos defensores de la ecocosmética propugnan la ingesta de suplementos nutricionales que incorporen a su formulación aceite de onagra, aceite de pescado o Vitamina B.

El aceite de coco extra virgen sería, también, un método muy recomendado por los defensores de la cosmética naturista para luchar contra la queratosis. Para aplicarlo sería necesario, primero, exfoliar la piel. Una vez exfoliada, el aceite de coco podría aplicarse para completar la exfoliación de la misma, darle suavidad y, al mismo tiempo, fomentar su hidratación.

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