Hay nombres que figuran en los altares de la historia de la Perfumería. El del archipiélago de las Comoras es uno de esos nombres. ¿Por qué? Porque es en ese archipiélago ubicado en el noroeste de Madagascar, en buena medida, donde se cultiva gran parte de la producción mundial de ylang-ylang, un árbol tropical de flor amarilla cuyo aceite esencial es muy apreciado por su aroma. No en vano, las notas aromáticas propias del ylang-ylang se pueden apreciar en perfumes míticos como el Nº 5 de Chanel, Samsara, de Guerlain y el Lou Lou de Cacharel.

Para obtener la esencia de ylang-ylang se utiliza el método de la destilación al vapor de agua de las flores frescas. Para facilitar la recolección de éstas, los árboles se podan de manera regular para que no excedan de una altura de 3 metros. Para elaborar un kilo de esencia de ylang-ylang se necesita recolectar entre 350 y 400 kg de flores. Teniendo en cuenta que un árbol maduro puede producir entre 20 y 30 kg de flores al año, podemos imaginar como el paisaje de las Comoras (que producen entre 30 y 40 toneladas de aceite esencial al año) está dominado por el color amarillo de la flor con seis pétalos del ylang-ylang.

Mediante la destilación continua se pueden obtener cuatro calidades de ylang-ylang: extra, I, II y III. Las calidades extra y I se utilizan en perfumería. La II, en cosmética. La III, en la fabricación de jabones.

El ylang-ylang ha desempeñado en la historia de la Perfumería un papel fundamental. Es a esta nota aromática a quien se otorga el protagonismo de la pequeña revolución que supuso el paso de la tendencia figurativa a una tendencia mucho más abstracta. Si la primera tendencia se caracterizaba por el reconocimiento más o menos sencillo de la nota aromática predominante en un perfume, la segunda encuentra su singularidad en el hecho de que no resulte sencillo identificar qué flor es la que predomina en una fragancia en la que, sí, se percibe un marcado efecto floral.

¿Cómo es el aroma del ylang-ylang? Descrito por Christopher Sheldrake, director de investigación de Chanel, el olor del ylang-ylang es un olor que recuerda al jazmín, fuerte y ascendente, un olor en el que pueden apreciarse leves connotaciones afrutadas (pera, coco…) y que, cuando se evapora, deja tras de sí efluvios de clavel aderezados con un toque de clavo.

El ylang-ylang posee, en resumen, un olor dulce, exótico y muy sensual que puede resultar afrodisíaco y que, penetrante como es, se acostumbra a usar en poca cantidad en la formulación de un perfume para otorgar a este volumen, elegancia y originalidad.

Además de en los perfumes citados anteriormente, podemos encontrar notas aromáticas de ylang-ylang en Sensual de Estée Lauder, en Acqua di Gio de Giorgio Armani, en Veneno de Christian Dior, en Champs Elysées de Guerlain o en el exquisito Bandit de Robert Piguet.

Ylang-ylang en cosmética y aromaterapia

Utilizado en cosmética, el aceite esencial de ylang-ylang es un aceite que le va bien a todo tipo de pieles y que sirve para regular el sebo de las mismas y para tonificarlas. Añadido a nuestra crema antiarrugas o antimanchas, el aceite esencial de ylang-ylang potencia las virtudes de estas cremas.

El aceite esencial de ylang-ylang puede ser empleado, también, para prevenir la aparición de estrías, para favorecer el crecimiento capilar y para dar brillo al cabello marchito y apagado. El aceite esencial de ylang-ylang es, también, un buen tónico para las uñas.

Utilizado en aromaterapia, el aceite esencial de ylang-ylang está relacionado directamente con los sentimientos de euforia, bienestar y buen humor. Por eso el del ylang-ylang es un aceite recomendado para aliviar situaciones de estrés o de angustia. Las personas a las que les cueste desconectar del trabajo o que sean tendentes a los pensamientos negativos encontrarán en el aceite esencial de ylang-ylang un aliado para ganar una mejor calidad de vida.