En algún sitio está escrito: todas las grandes ciudades acaban pareciéndose en lo comercial. Es decir: que paseas por el centro de las mismas y ves las mismas tiendas, decoradas de la misma forma y ofreciendo los mismos productos. Eso, qué duda cabe, también es globalización. La misma globalización que nos hace calzar las mismas marcas de zapatillas deportivas, lucir las mismas gafas de sol, vestir de un modo muy semejante y enseñar las mismas fotos de los mismos lugares en las redes sociales. La globalización, así, se convierte en una especie de homogeneización. Difícil resultar original. Difícil individualizarse.

Esa homogeneización estética se da, también, en el mundo de la perfumería. Las grandes marcas han acabado confluyendo en una cierta estandarización de los aromas, en una uniformidad de olores que dificulta en gran medida que una determinada persona aparezca como algo diferente al resto de la masa consumidora. Para luchar contra esa estandarización aromática y conseguir ese algo de diferenciación que todos perseguimos para sentirnos distintos y especiales es para lo que han nacido lo que conocemos como perfumes nicho.

El perfume nicho es una fragancia creada a medida por una marca minoritaria y exclusiva. El perfume nicho es, respecto al perfume estandarizado y en el mundo de la perfumería, lo que en el de la moda es el vestido a medida frente al prêt-à-porter.

La experimentación y la investigación dominan toda la actividad de aquellas marcas de perfumería que persiguen la creación de un perfume nicho que se aleje de las marcas comerciales y que satisfaga las necesidades de un cliente con un olfato especialmente desarrollado y que conoce muy bien sus gustos. Son precisamente las indicaciones del cliente las que sirven a estas marcas como punto de partida a la hora de elaborar los perfumes nicho.

El perfume nicho, como perfume individualizador que es, tiene que poseer la capacidad de provocar una sensación, de evocarnos una vivencia, de dar detalles de la personalidad de quien lo usa…

Según comentaba en su momento Maika Engonga, de la marca Barfumería, en un artículo de Daniel G. Aparicio aparecido en www.20minutos.es, existe una correspondencia más o menos ritualizada entre el tipo de persona y la nota aromática preferida a la hora de solicitar la creación de un perfume nicho.

Según Engonga, las mujeres muy seguras de sí misma y de su feminidad acostumbran a solicitar perfumes florales fuertes. Las mujeres sobrias y distantes, por su parte, prefieren los perfumes más secos. Engonga apunta también cómo la aparición de los perfumes nicho ha ayudado a derribar algunos mitos. Uno de ellos, por ejemplo, apuntaba a que los perfumes con notas aromáticas amaderadas eran perfumes muy masculinos. El que las mujeres hayan podido solicitar creaciones aromáticas hechas a su medida ha permitido constatar hasta qué punto a la mujer le gusta, también, encontrar esas notas amaderadas que tan masculinas se consideraban en sus fragancias. Por su parte, el hombre, desmintiendo muchos mitos, solicita en muchos casos, al encargar su perfume nicho, que éste tenga unas marcadas notas florales. La irrupción de los perfumes nicho, pues, ha ayudado a propagar el concepto de perfumes unisex.

De entre las marcas especializadas en la realización de perfumes nicho podemos destacar la sueca Byredo, Annick Goutal, Ramón Monegal, Ys Uzac o el proyecto Editions de Parfums de Frederic Malle, así como nombres como Amouage, Memo, By Kilian, Tom Ford, Paper Passion, État Libre d’Orange, Robert Piguet… Para acceder a estos perfumes nicho hay que visitar tiendas como JC Apotecari, Basílica Galería de Perfumes, Regia, Les Topettes o Jo Malone (Barcelona); Muguete (Málaga), BoMonde, Isolée, Perfumería Q, Le Secret de Marais o la ya citada Barfumería (Madrid); o Urbieta (San Sebastián), Elle est Belle (Gijón), Beauty Cube (Santiago de Compostela) o Yowe (León).