La historia de la marca Estée Lauder es, fundamentalmente, la historia de la lucha de una mujer que, junto a su marido, creó una de las marcas de cosmética y perfumería de referencia mundial. Esa mujer fue Josephine Esther Metzer, nacida en Queens, Nueva York, en 1908, y fallecida en 2004.

Hija de emigrantes húngaros y con sangre judía, los inicios de quien sería mundialmente conocida como Estée Lauder fueron bastante humildes. De hecho, llegó a vender en la puerta de los mercados neoyorquinos las cremas faciales que su tío fabricaba. Fue su tío, precisamente, quien le enseñó a elaborar crema facial. Los perfeccionamientos que Josephine introdujo en la fórmula de dicha crema sirvieron para mejorar su composición y para conquistar a Floren Morris, propietaria de uno de los principales salones de belleza del Upper West Side. Cuando Floren Morris decidió abrir otro salón de belleza, esta vez en el Upper East Side neoyorquino, Estée Lauder consiguió la exclusiva de productos de estética para ese salón.

Al mismo tiempo, Estée Lauder buscó la manera (y lo consiguió) de introducirse en los salones de belleza de los principales hoteles de Manhattan. En 1946, y junto a su marido Joseph Lauder, fundó Estée Lauder Companies. La publicidad boca a boca (se regalaban muestras, por ejemplo, a clientes del hotel Waldorf Astoria) fue extendiendo el nombre de la marca y consiguiendo una clientela a la que, como novedad, se le enseñaba cómo usar las cremas y los maquillajes. Otra novedad introducida por Estée Lauder fue la de enviar mujeres por todo el territorio a cubrir para vender sus productos de manera directa.

Los primeros productos que Estée Lauder Companies empezó a vender fueron productos para el cuidado de la piel (aceite de limpieza o loción nutritiva) y otra serie de productos que formaban una línea de maquillaje que incluía polvos de arroz, sombra de ojos y barras de labios.

estee lauder retrato

En 1948, apenas dos años después de su fundación, Estée Lauder consiguió introducir sus productos en Saks Fifth Avenue, uno de los grandes almacenes de lujo de Nueva York. La leyenda habla de que consiguió entrar en esos selectos almacenes gracias a los efectos que la crema para el acné que Estée Lauder fabricaba tuvo sobre la piel de una de las hijas del gerente de Saks Fifth Avenue.

productos estee lauder

A partir de este momento, el crecimiento de Estée Lauder fue continuo. En 1953 lanzó Youth Dew (“rocío de juventud”), el primer perfume de la casa. Lo que en principio había nacido como un aceite de baño acabó convirtiéndose en uno de los perfumes más vendidos del mundo. A partir de ahí, Estée Lauder no cesó de ir lanzando nuevos perfumes al mercado hasta llegar a reunir un catálogo de más de 29 prestigiosos perfumes femeninos.

Entre los perfumes de Estée Lauder podemos encontrar absolutas maravillas como Estée (1968), Azurée (1969), Aliage (que fue el primer perfume deportivo del mundo y que salió al mercado en 1972), Private Collection (1973), Whitelinan (1978), Cinnabar (1978), Beautiful (1985) o Pleasures (1995).

A principios de los años 60 Estée Lauder dio sus primeros pasos en Europa. En 1960 sus productos empezaron a venderse en Harrods. En 1961 abrió una delegación en Hong Kong. Hay un hecho que simboliza, de alguna manera, la importancia de esta marca: Estée Lauder fue la primera empresa de cosmética americana en introducirse en la Unión Soviética.

La entrada de los hijos del matrimonio Lauder (Leonard y Ronald) en la empresa facilitó la entrada en la misma de nuevas tecnologías. La colaboración con científicos y dermatólogos permitió que los productos de Estée Lauder se convirtieran en una magnífica combinación de ciencia y lujo. Tecnologías revolucionarias e ingredientes novedosos posibilitaron la creación de unos productos que siempre han destacado por su gratificante textura, sus sofisticados aromas y un empaquetado y embalaje sumamente elegante. Todo ello ha convertido a Estée Lauder en una de las principales marcas de cosméticos y perfumería del mundo.