“La arruga es bella”. Pocas frases habrán hecho tanta fortuna como ésta en el mundo de la moda. La lanzó como eslogan de su producción el modisto gallego Adolfo Domínguez y ahí sigue, fresca como el primer día, inmune al paso del tiempo.
Adolfo Domínguez nació en un pueblo de la provincia de Ourense en 1950. Pasó toda su infancia empapándose de la tradición textil de la familia. No en vano, sus padres tenían un taller de sastrería y su abuela sembraba, cultivaba, recolectaba, hilaba y tejía el lino en sus telares tradicionales de su pueblo gallego. Y sería precisamente el lino el material fetiche del modisto, el material preferido para elaborar sus creaciones. Sería pensando precisamente en la rugosidad del lino como Adolfo Domínguez elegiría el famoso eslogan como bandera representativa de su empresa.
Pero a ese momento llegó Adolfo Domínguez tras un camino que pasó por los estudios de Filosofía y Letras en Santiago de Compostela y de arte y cine en París. Fue en esta ciudad (y también en Londres) donde Adolfo Domínguez tomó contacto con el movimiento ecologista y fue en la capital británica donde el joven gallego quedó deslumbrado por el nivel de industrialización del país.
En 1976, y tras vivir en Francia e Inglaterra, Adolfo Domínguez decidió regresar a Ourense y, a partir de la sastrería familiar, crear una marca de ropa. La introducción del lino como material textil no fue una batalla sencilla. Aún hoy Adolfo Domínguez recuerda cómo muchos clientes le devolvían en aquellos tiempos las prendas elaboradas con lino porque creían que eran prendas defectuosas. Fue entonces cuando Adolfo Domínguez empezó a poner en las etiquetas de sus creaciones el eslogan “la arruga es bella”.
Uno de los grandes momentos de la marca Adolfo Domínguez fue aquél en el que apareció la línea AD Mujer (Adolfo Domínguez había sido, en sus inicios, una marca de ropa masculina) y se presentaron las colecciones en las pasarelas de París y Madrid. Aquel instante supuso el pistoletazo de salida para el proceso de expansión de Adolfo Domínguez. Se abrieron nuevas tiendas en la capital de España y en Barcelona y la firma del modisto gallego traspasó fronteras cuando consiguió vestir a los actores protagonistas de la mundialmente conocida serie estadounidense Miami Vice. Que Don Johnson y Philip Michael Thomas (James Crockett y Ricardo Tubbs en la ficción) vistieran ropas de Adolfo Domínguez fue, sin duda, una gran publicidad para la marca.
Los diseños de Adolfo Domínguez se caracterizaron desde los inicios de la marca por su atención al cuidado de las formas y al empleo de materiales sostenibles y de calidad como son la alpaca y el lino.
En 1994, Adolfo Domínguez abrió su primera tienda en Portugal y en 1997 se convirtió en la primera marca textil en cotizar en bolsa. A finales de la citada década, Adolfo Domínguez contaba con más de 150 tiendas distribuidas por toda España y por el extranjero. En países como Bélgica, Gran Bretaña, México, Portugal, Japón, Luxemburgo, Francia y Argentina ya se podía encontrar, en esa fecha, una tienda de la marca Adolfo Domínguez.
Adolfo Domínguez abrió una línea de moda dedicada a los niños en 2004 y otra, un año más tarde, dedicado al negocio el hogar (la línea “Mi Casa”). Posteriormente, la marca apostó también por el universo de las joyas y las novias. Durante todo ese tiempo, la marca Adolfo Domínguez se ha comprometido de manera decidida por el cuidado del medio ambiente. Sin haber abandonado las inquietudes ecologistas de su juventud, la marca impulsó en 2008 su Manifiesto Ecológico y la Política de Bienestar Animal en 2010. En la actualidad, Adolfo Domínguez tiene 600 tiendas en 27 países.
Perfumes Adolfo Domínguez
Adolfo Domínguez ha sido un absoluto innovador en el mundo de la moda español. Lo fue al ser la primera marca en entrar en bolsa y lo fue, también, al ser el primer diseñador español que lanzó una colección de perfumes con su nombre. Era entonces el año 1990 y aquel primer perfume de Adolfo Domínguez, Agua fresca, marcaría la línea perfumista de la marca. Suave y discreta, Agua fresca anticipaba lo que iba a ser un catálogo de perfumes caracterizados por sus olores delicados y sensuales.
Dentro del catálogo de perfumes de Adolfo Domínguez encontramos creaciones como Agua de Bambú, Agua de Sándalo, Agua Fresca de Rosas, Viaje a Ceylan, Azahar, Agua Fresca Extreme, Adolfo Domínguez Té Verde o Única. Adolfo Domínguez ha lanzado también al mercado geles de baño, cremas y lociones hidratantes para el cuerpo y la cara, así como desodorantes que no hacen sino reafirmar la apuesta aromática de la marca.
Adolfo Domínguez imprimió a su marca un marcado carácter familiar desde sus mismos orígenes. Tras casarse con Elena González Álvarez integró a ésta en el Consejo de la Administración de la firma, y sus tres hijas (Adriana, Valeria y Tiziana) forman parte, de una manera u otra, de la estructura de la empresa. Adriana Domínguez es, de hecho, la directora de perfumes de la marca.
La crisis económica supuso un duro golpe para la marca Adolfo Domínguez. La caída del consumo en nuestro país hizo que las cuentas de una marca que concentraba el 73% de sus ventas en España se vieran seriamente dañadas. La entrada de marcas internacionales de nivel medio alto en el mercado nacional también afectó a la marca del diseñador gallego. Adolfo Domínguez, tras el cierre de tiendas y un expediente de regulación de empleo, decidió redimensionar la empresa, nombrar un director general (lo hizo en 2012) e iniciar el camino para posicionar a la marca como una firma de lujo. Como otras empresas del sector, Adolfo Domínguez ha apostado por impulsar dos marcas: la enseña principal en el sector del lujo y la segunda para un sector más joven y a un precio más asequible.
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