Se suele afirmar que Chanel nº 5 no es sino la relectura de un perfume anterior, el Rallet nº 1. ¿Cuánto de verdad hay en esta afirmación? Quizás más de lo que podría parecer a simple vista. Después de todo, la nariz que hay detrás de cada una de estas fragancias es la misma: Ernest Beaux. Ése es un argumento de peso para que diversos críticos e historiadores de la perfumería sostengan que Beaux, al componer la fragancia de Chanel, no hizo otra cosa que reformular su perfume Rallet nº 1. Es más, para estos mismos críticos, Beaux, al crear Rallet nº 1, reformuló un perfume anterior, también suyo. Ese perfume era Bouquet de Catherine, una fragancia creada en 1913 en homenaje a la zarina Catalina la Grande en conmemoración de los 300 años de la dinastía Romanov.

Ernest Beaux, antes de ser la nariz empleada por Gabrielle “Coco” Chanel para saltar al mundo de la perfumería, había sido el perfumista de A. Rallet & Co., una empresa rusa fundada en 1843. En 1896, Rallet fue comprada por Antoine Chiris de Grasse. Beaux, hijo de padre francés, trabajó para Rallet teniendo siempre presente los avances que, en materia de perfumería, estaban teniendo lugar en la patria de su padre. Eso le hizo conocer el uso que el perfumista Robert Biaenaimé había hecho del aldehído C-12 MNA al componer su perfume Quelques fleurs de Houbigant (1912). Interesado en el uso de los aldehídos y fundamentándose en ellos, Beaux compone el ya citado Bouquet de Catherine.

En 1917, el estallido de la revolución rusa hizo que las operaciones de Rallet fueran trasladadas a París. Sería allí, en 1923, finalizada la Gran Guerra que obligó a Beaux a cumplir con sus obligaciones militares, cuando Bouquet de Catherine acabó convertido en Le nº 1 de Rallet.

Hoy en día, Rallet Nº 1 puede ser visto como el predecesor directo de Chanel nº 5. El concepto compositivo es el mismo en los dos casos: un cóctel de aldehídos combinado con notas predominantes de jazmín, ylang-ylang y aceite de rosa.

rallet numero 1

El hecho de que un perfume haya pervivido durante tantos años al otro hay que considerar que puede ser debido a varios factores. El primero de ellos puede ser exclusivamente publicitario. El marketing de Parfums Chanel funcionó a la perfección. Lo demuestra por ejemplo el hecho de que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, muchos soldados americanos hacían cola ante la boutique Chanel para comprar el mítico Chanel nº 5 que, de regreso a su patria, regalarían a sus novias, hermanas o madres.

El segundo factor que puede explicar cómo dos perfumes tan semejantes como el Rallet nº 1 y el Chanel nº 5 pueden tener fines tan diversos puede basarse en el hecho del repentino empobrecimiento de quien hasta ese momento había sido el sector del mercado en el que Rallet vendía, principalmente, sus creaciones: la aristocracia rusa. La revolución bolchevique la había mandado, empobrecida, al exilio, y los aristócratas y las aristócratas rusas exiliadas, que habían sido históricamente los principales compradores de los perfumes Rallet, se vieron incapacitados económicamente para seguir comprando las creaciones de la que había sido su casa perfumista de referencia.

Se sabe que Ernest Beaux intentó vender esa fragancia excepcional que fue Rallet nº 1 a François Coty, pero la venta no cuajó. Coty estaba agradecido a Leon Chiris porque éste le había permitido asistir a la escuela de perfumería de Chiris cuando Coty no era nadie y, por otro lado, Rallet había distribuido los productos de Coty en Rusia. Este doble agradecimiento impidió, seguramente, que Coty comprara el perfume que Beaux le ofrecía. Lo curioso es que en 1926 Coty acabó comprando finalmente Rallet. En esa época, cunado se produjo la compra de Rallet por parte de Coty, Ernest Beaux ya trabajaba en exclusiva para Chanel.