¿Qué lazo une a perfumes como Must de Cartier, Mon Parfum de Paloma Picasso, Coco de Chanel, Red Door de Elizabeth Arden y Samsara de Guerlain? El ser perfumes nacidos en la misma década: los años ochenta del siglo pasado. Como fruto que son de esa década, todos estos perfumes reúnen unas características parecidas. Son fragancias intensas. Son fragancias que remiten a la idea de seducción. Son fragancias voluptuosas, aromas que nos hacen pensar en tierras exóticas, perfumes creados para una mujer que intente transmitir una imagen de mujer conquistadora y seductora. Todas estas características, propias de la moda perfumista de la época, se reúnen perfectamente en esa magnífica y casi imperecedera creación del perfumista Jean Guichard que es LouLou de Cacharel.

LouLou de Cacharel vio la luz en 1987 fruto, en parte, de la necesidad de Cacharel de buscar un perfume femenino que se adecuara a las características de la época y que fuera más allá de la propuesta que diez años antes la marca había realizado creando Anaïs Anaïs. Lo que en Anaïs Anaïs era romanticismo, ingenuidad y prudencia (tres valores que podrían corresponder a una adolescente que, despertando a la vida, se sintiera deslumbrada por ella), en LouLou es una mezcla irresistiblemente morbosa de inocencia y sensualidad. LouLou de Cacharel nos trae el sonido de los primeros pasos de una mujer que ha decidido convertirse en una mujer fatal. Quizás la mujer que usa LouLou de Cacharel no es ya la mujer fatal que sabe el terreno que pisa y que deja tras su paso un reguero de corazones rotos, pero sí es la crisálida de esa mujer, una especie de Lolita que empezara a sembrar alrededor suyo el pasmo que siempre acostumbra a sembrar esa belleza que, aún estando todavía en proceso de formación, uno contempla ya como arrebatadora.

Para crear LouLou de Cacharel Jean Guichard buscó la inspiración en el mundo del cine y la encontró en la misma actriz en la que la había encontrado veinte años antes el dibujante italiano Guido Crepax para crear a su famoso y sensual personaje de Valentina. Dicha actriz es Louise Brooks, una de las actrices más famosas y sexys del cine mudo.

En 1929, Louise Brooks protagonizó la que sería una de sus grandes películas, La caja de Pandora. La caja de Pandora está considerada una de las grandes obras maestras del cine mudo. En ella, Louise Brooks interpreta el papel de Lulú, una joven artista de vaudeville, una joven desinhibida y libre que provoca la perdición de todo aquél que se cruza en su camino. La caja de Pandora escandalizó en su momento a una sociedad que no estaba preparada para el impacto que para la moral imperante suponía aquella película. Ya no era sólo que Lulú fuera una mujer que quería tomar las riendas de manera absolutamente libre de su vida personal. Era también que aparecían diversas situaciones que, moralmente, eran difíciles de aceptar por la gente de la época: triángulos amorosos, lesbianismo… Al final de la película, toda esa especie de maldición que Lulú parece extender a su paso la alcanza también a ella. De haber sido esposa de un magnate de la prensa pasa a convertirse en una prostituta londinense que, finalmente, es asesinada por Jack el Destripador.

Como hemos dicho, fue el personaje fatal de Lulú el que inspiró a Jean Guichard a la hora de crear LouLou de Cacharel. Y un perfume inspirado por ese personaje sólo podía ser como es LouLou de Cacharel: una especie de flor prohibida cuyo aroma empujase a la mujer a un mundo en el que las pasiones se desbordan y la sensualidad se apodera de todo sin que por ello esa mujer acabe de perder del todo su fragilidad.

Esa combinación de fragilidad y sensualidad es la que convierte a LouLou de Cacharel en una fragancia muy especial. Tenuemente hechizante; tierna y, a la vez, seductora, fuerte y pesada aunque conservando ese halo de suavidad que la convierte en la fragancia preferida por esas jóvenes a quienes les pesa la juventud y que quieren ser ya, aunque de manera anticipada, mujeres maduras, independientes y, por supuesto, libres. Así es LouLou de Cacharel, este perfume de la familia oriental floral que tiene un ligero toque afrutado.

¿Qué notas olfativas podemos encontrar en LouLou de Cacharel? En la creación de Jean Guichard podemos encontrar una primera caricia realizada por las notas sutiles de violetas, ciruela, mandarina, anís, grosella, bergamota y limón. Tras estas notas serán las más densas de iris, ylang-ylang, azahar, canela, heliotropo y nardo, entre otras flores, las que vayan aportando a LouLou de Cacharel ese toque intenso y seductor que, finalmente, será reforzado por el aporte de la vainilla, el incienso, el haba tonka, los almizcles blancos, la madera de sándalo o el benjuí.

LouLou de Cacharel es uno de esos perfumes que van resistiendo el paso del tiempo en el mercado de la misma manera que su fragancia perdura en la piel y que el slogan publicitario ideado para su lanzamiento y comercialización perdura en la memoria de todos los que alguna vez lo han escuchado. Ese “¿LouLou?… Oui, c’est moi” podría figuran con todo merecimiento en la lista de honor de los mejores slogans de la historia de la publicidad.

Pero, como hemos visto, este cálido, exótico, intenso y sexy perfume que es LouLou de Cacharel es algo más que el fruto de un slogan. Es uno de esos perfumes que han logrado vencer el paso de los años y que se han convertido en un clásico de la perfumería. La excelente relación calidad/precio ha contribuido, sin duda, a que eso sea así.

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