Si a alguien puede considerarse padre de la perfumería del siglo XX es a François Coty. Coty fue grande no sólo por lo que creó. Lo fue también por lo que transmitió a sus múltiples discípulos. Uno de ellos fue Armand Petitjean. Él fue quien, el 21 de febrero de 1935, lanzó a la marca Lancôme hacia la fama presentando cinco fragancias diferentes en la feria de perfumería de Bruselas. Esas cinco fragancias eran Tropiques, Kypre, Bocage, Tendres Nuits, y Conquête. George Delhomme, creador de algunos de los más bellos y elegantes frascos de perfume del mundo y actuales piezas que despiertan el interés de todos los coleccionistas del mundo, fue el encargado de diseñar los frascos de esas cinco fragancias.
Junto a estos productos, Lancôme lanzó al mercado un polvo, Conquête. Esa entrada en el mundo de la cosmética era todo un presagio de lo que Lancôme iba a significar en el mundo de la cosmética. El lanzamiento, en 1936, de la crema Nutrix (una crema cuya fórmula permanece inalterable y que incluía e incluye sérum natural y otros ingredientes con propiedades nutritivas y regenerativas), confirmaba esa entrada triunfal de Lancôme en el universo de la cosmética. Rose de France, su primer lápiz de labios, fue un anticipo más de todo lo que estaba por venir: cremas revolucionarias, maquillajes innovadores, perfumes de prestigio…
En 1950 Lancôme da un paso decisivo para su historia: se introduce en el mercado americano. Cinco años después, los productos de la marca creada por Armand Petitjean ya estaban presentes en 98 países del mundo. L’Oréal, el monstruo francés de la cosmética, puso su vista en Lancôme, y en 1964 procedió a la compra de la marca. Durante los años siguientes, Lancôme introdujo en el mercado una gran cantidad de productos de calidad que sirvieron para reforzar su imagen y su reputación en el mercado. Un ejemplo de esos productos innovadores y de alta calidad fue el lanzamiento en 1970 de la primera máscara de pestañas. Ése era el efecto directo del respaldo económico de L’Oréal y de las aportaciones técnicas derivadas de su experiencia.
Hoy en día, Lancôme es una marca de indudable referencia a nivel mundial en cuanto a investigación cosmética. Lancôme posee tres centros de investigación y desarrollo en el mundo (Francia, Estados Unidos y Japón) y una impresionante plantilla de biólogos, dermatólogos y farmacéuticos que trabajan continuamente para conocer perfectamente cuáles son las necesidades de la piel y sus mecanismos de funcionamiento y reacción ante los diferentes productos. Eso permite a Lancôme ofrecer líneas completas de tratamiento para el rostro y el cuerpo que destacan por su carácter innovador y por su alta calidad.
Los productos de Lancôme han sido publicitados gracias a la imagen de bellas mujeres como Isabella Rosellini, Juliette Binoche, Julia Roberts, Inés Sastre, Kate Winslet, Lily Collins, Lupita Nyong’o o Penélope Cruz, que han actuado como embajadoras de la firma en el mundo o como rostro perfecto para dar a conocer en el mundo algunos de los productos de la marca. En la actualidad, y buscando seguramente la complicidad y confianza del público más joven, Lancôme ha escogido la figura de la actriz británica Emma Watson (la siempre encantadora Hermione Granger de la serie Harry Potter) para dar rostro a la marca en todo el mundo. Este uso siempre glamouroso de la publicidad, sin embargo, choca frontalmente con la idea original de Petitjean. Éste, al crear Lancôme, se había planteado rechazar el uso masivo de la publicidad. Los cambios de propiedad de la empresa, sin embargo, la llevaron por otros derroteros a la hora de planificar sus campañas publicitarias.
Lancôme cuenta en su haber con auténticos best-sellers de la perfumería y la cosmética como pueden ser la máscara para pestañas Ôscillation, el lápiz labial L’Absolu Rouge, el tratamiento facial Rénergie, la mascarilla Hypnôse o los perfumes Magnifique o Trésor. Éstos últimos forman parte de un catálogo que reúne cerca de un centenar de productos de perfumería distintos entre los que se encuentran nombres como Climat, Hypnôse, Magie, Miracle, Ô de Lancôme, Poême o La Vie est Belle.
