Sabemos apreciar las fragancias y disfrutar de la experiencia sensitiva de olerlas. E intuimos, también, que en la elaboración de colonias y perfumes se entremezclan lo artístico y lo industrial. Y es que la elaboración de un perfume es un proceso en el que el arte o la inspiración se alían con procesos fundamentalmente químicos para, finalmente, dar lugar a una creación única y sutil como es un aroma.
La fijación de ese aroma a una sustancia líquida y su mayor o menor pervivencia en el tiempo es parte de un proceso, el de la creación de perfumes, que se inicia con un paso fundamental y decisivo: el de la extracción de los aceites esenciales de las plantas que van a servir para crear esa fragancia.
En este artículo vamos a explicarte cómo se hace un perfume. Para ello, te hablaremos de los métodos de extracción de los aceites esenciales, de todo lo que se hace a partir de ahí para crear una fragancia determinada y de las diferencias que existen entre los términos agua de colonia, eau de toilette, eau de perfum y perfume.
Extracción de los aceites esenciales
Los aceites esenciales o, simplemente, esencias, son una mezcla de sustancias aromáticas que son, en el fondo, las responsables de las fragancias de las flores. Esa cualidad es lo que las convierte en ingrediente básico y punto de partida a la hora de fabricar perfumes (además de cosméticos, medicamentos, licores o productos de confitería y alimentación).
Para poder extraer los aceites esenciales de flores, plantas, maderas, etc. se han utilizado a lo largo de la historia diversos métodos de extracción. Los principales son:
- Destilación
- Maceración
- Enfleurage
- Expresión
- Extracción
- Exudación
Veamos a continuación en qué consiste cada uno de estos métodos.
Destilación
La destilación es el método más empleado para tratar flores, hierbas y plantas a la hora de extraer las esencias destinadas a ser usadas en el proceso de elaboración de un perfume. Gracias a la evaporación se consiguen separar los componentes sólidos de los volátiles de una determinada mezcla.
Para destilar, hay que tomar la parte del vegetal que contiene la esencia (raíz, hojas, flores, corteza de un árbol, etc.), machacarla e introducirla en el alambique.
Una vez introducida en el alambique, hay que añadir una cantidad de agua suficiente como para que la materia sea cubierta por aquélla. Tras esta operación hay que dejar que la materia se macere en el agua durante unas cuantas horas.
Lo que se consigue con la destilación es que el vapor de agua producida en el alambique arrastre los elementos aromáticos hacia la llamada columna de destilación. En el interior de la columna de destilación estos elementos aromáticos son enfriados y recogidos en un vaso. Al vaso llegan con agua, pero como esos elementos y el agua tienen densidades muy distintas, su separación es sencilla.
Maceración
En este caso, el vegetal se sumerge en aceite o en grasa a una temperatura de unos 60 ó 70 grados. El calor actúa sobre las células vegetales, rompiéndolas, y los aceite esenciales liberados por éstas son absorbidos por la grasa. Los restos sólidos se van retirando y sustituyendo por otros hasta que se consigue la saturación de la grasa. Una vez saturada, los aceites esenciales se extraen de ella por medio de disolventes.
Esta maceración es la maceración en caliente. También existe la maceración en frío, pero en ésta los resultados son menores. La no acción del calor hace que sean necesarias mayores cantidades de flores o vegetales para obtener la misma tasa de aceites esenciales.
Enfleurage
Éste es, entre todos, el método más antiguo para obtener fragancias destinadas a la elaboración de perfumes. Actualmente este método se encuentra en desuso, pero esta técnica se ha utilizado a lo largo de toda la historia para obtener la fragancia de flores muy frágiles como pueden ser el jazmín o la flor de azahar.
Para extraer la fragancia de estas flores, se cogían sus pétalos y, a mano, se colocaban formando una fina capa sobre una fina película de grasa animal sobre una plancha de vidrio. Los pétalos eran sustituidos por otros nuevos a las 24 o 48 horas.
>Este proceso se repetía diversas veces, hasta que las grasas quedaban saturadas. Cuando ese momento llegaba, la grasa había quedado convertida en una especie de pomada cargada de aromas.
Expresión
El de la expresión es un método de obtener esencias aromáticas de plantas o de partes de plantas (generalmente la corteza de determinados frutos) por medio de la aplicación de presión. Este método, muy utilizado hasta el descubrimiento de la destilación, fue muy habitual en Egipto para elaborar fragancias. Allí, los artesanos guardaban flores en bolsas de tela y aplicaban presión a éstas hasta que salía el aceite esencial de dichos frutos.
Actualmente, esta técnica se utiliza para obtener, por ejemplo, los aceites esenciales contenidos en la piel de la naranja, el limón o la bergamota. El aroma de estos componentes, muy fresco, no resistiría el calor producido por la destilación. Por eso este método de extracción de la esencia está muy presente en la elaboración de los perfumes cítricos.
Extracción
Para obtener aceites esenciales mediante este proceso hay que poner en contacto las plantas con algún disolvente que absorba, por contacto, el perfume de aquéllas. Este es un sistema que acostumbra a utilizarse con las flores más delicadas.
Antiguamente, esta táctica se aplicaba utilizando grasas animales como disolvente. En la actualidad, sin embargo, estos productos han sido reemplazados por disolventes volátiles que son fácilmente eliminables por evaporación.
Exudación
Esta técnica de extracción de aceites vegetales se emplea para obtener materias complejas como ciertas resinas, gomas y bálsamos.
Este método Consiste en la elaboración de diversas incisiones en las plantas y en recoger de ellas los líquidos exudados. Algunas de estas sustancias recogidas actúan posteriormente como fijadores de aromas en el proceso de elaboración del perfume.
¿Cómo se hace un perfume industrial?
Una vez obtenido el aceite esencial, ¿cómo hacer un perfume? ¿Cuál es el paso a paso en la elaboración de una colonia?
La base del perfume será siempre el alcohol etílico. A éste le acompañarán aceites y esencias aromáticas de origen vegetal, animal o sintético y una serie de productos que sirvan para dar más fuerza a estos aromas y para estabilizarlos y fijarlos.
En la actualidad, estos productos estabilizadores o fijadores son fundamentalmente sintéticos, pero durante muchos siglos se han utilizado productos naturales como pueden ser el ámbar gris que se forma en el intestino de los cachalotes o secreciones glandulares como el almizcle del ciervo almizclero.
Así, podemos afirmar que una fragancia está formada principalmente por una mezcla de esencias y algunos disolventes. ¿De cuántas esencias estamos hablando? Eso dependerá de la complejidad de la creación. Hay perfumes que contienen más de un centenar de esencias diferentes. En cualquier caso, no hay perfume cuya fórmula no supere la cifra de 20 componentes.
Al aplicarse sobre la piel, el disolvente (alcohol) se evapora, y en la piel quedan las sustancias aromáticas. La volatilidad de éstas determinará el tiempo que tardará el aroma en disiparse.
Estas esencias pueden ser naturales o sintéticas. Éstas últimas se obtienen mediante reacciones químicas destinadas a reproducir aromas naturales.
Si las esencias que se utilizan en la fabricación del perfume son esencias naturales, el precio del mismo se dispara. La razón es obvia: se pueden llegar a necesitar entre dos y cuatro toneladas de rosas o de jazmines para obtener un kilo de absoluto de dicha flor.
Una vez realizada la fragancia, ésta recibe un nombre distinto dependiendo de la cantidad de esencia que contenga:
- Agua de colonia: entre 3 y 8 % de esencia
- Eau de Toilette: entre el 8 y el 15 % de esencia
- Eau de Perfum: entre el 15 al 20 % de esencia
- Perfume: del 20 al 40 % de esencia.
