El perfecto lucimiento de una sonrisa exige la existencia de unos dientes blancos. Para conseguirlo hay que tener en cuenta diversos factores. Uno de ellos, primordial, es el de la alimentación.

¿Qué debemos comer para mantener los dientes blancos? Fundamentalmente, alimentos como el apio o la zanahoria. Estos alimentos, ingeridos en crudo, pueden ayudar a mantener los dientes blancos. Su dureza permite realizar un efecto de arrastre que evita la acumulación de restos sobre la dentadura.

Otra buena opción a la hora de elegir alimentos es consumir productos que contengan ácido málico, un componente presente en muchos dentífricos. Este ácido estimula la secreción de saliva, lo que permite que se reduzca el número de bacterias. ¿Qué alimentos son éstos? Pueden ser las manzanas. O las fresas.

La papaya ese también un buen alimento que puede ayudar a mantener los dientes blancos, ya que posee papaína, una enzima que rompe las moléculas de proteínas ayudando a eliminar las manchas dentales.

Entre los alimentos a evitar para mantener los dientes blancos hay que señalar los siguientes: chocolates, salsas de tomate, kétchup, remolacha, frutos del bosque (arándanos, moras, frambuesas), vino tinto, colas, té o café. El hábito de chupar limón tampoco es demasiado recomendable. Aunque posea eficacia antibacteriana y antioxidante y colabore de manera fundamental en la cicatrización de nuestras encías, el consumo excesivo de limón puede provocar una erosión irreversible del tejido dentario.

Otra manera de proteger el esmalte dental es beber el zumo de naranja con pajita. Bebiéndolo de ese modo evitamos que el zumo (y, con él, el ácido que contiene) toque nuestros dientes. Si hemos bebido zumo (con pajita o sin ella) lo más recomendable es esperar una hora hasta limpiarnos los dientes.

Existen algunas recomendaciones caseras y populares cuyos resultados hay que desmitificar. Pese a lo que puedas haber escuchado en alguna ocasión, no son buenos los enjuagues bucales con vinagre de manzana. Tampoco es bueno el uso del carbón activado. Ni el aceite de coco, aunque reduzca la halitosis y el riesgo de gingivitis. En el caso del enjuague con vinagre de manzana sólo puedes conseguir, por ejemplo, que tu esmalte se vaya erosionando progresivamente. Como ves, no siempre los consejos que se escuchan o se leen en foros de internet o en la calle son óptimos para conseguir los fines que se persiguen.

Higiene dental

Una buena manera de conseguir unos dientes blancos de una manera más o menos rápida es recurrir a la aplicación, por parte de un especialista, de algún tipo de gel que contenga peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida. Este proceso de blanqueamiento de dientes es un proceso no demasiado económico pero sí bastante efectivo.

Para evitarte el pasar por el odontólogo (y los gastos que ello ocasiona) puedes optar por comprar una botella de peróxido de hidrógeno. Seguramente la encontrarás en tu farmacia habitual. Si la tienen, sólo tienes que asegurarte de que su concentración no excede del 3%. Sólo así resultará inocua para el uso oral. El peróxido de hidrógeno puedes usarlo a diario mezclado con agua con una solución al 50%. Hacer enjuagues durante un minuto con dos cucharadas de la solución antes de cepillarse los dientes es una buena medida para blanquear los dientes.

Una vez a la semana, además, puedes cepillarte los dientes con una pasta hecha con peróxido de hidrógeno y bicarbonato de sodio. Mezclando dos partes de peróxido de hidrógeno y tres de bicarbonato de sodio se puede elaborar una pasta con una textura similar a la de la pasta dentífrica. A esta pasta puede añadírsele una gota de extracto de menta y una pizca de sal. La menta dará frescura a la pasta de dientes blanqueadora que acabas de elaborar y la sal ayudará a exfoliar los dientes. Cepillar los dientes con movimientos circulares y dejar dos minutos la pasta sobre ellos antes de enjuagarlos y cepillarlos normalmente debe ser la manera correcta de utilizar esta pasta de peróxido de hidrógeno y bicarbonato de sodio.

Otra alternativa a acudir a la consulta de un profesional de la odontología para conseguir unos dientes blancos es la de utilizar tiras blanqueadoras de polietileno. Estas tiras deben utilizarse con un gel cuya función principal es adherir las tiras blanqueadoras a la dentadura. ¿Durante cuánto tiempo y cuántas veces al día deben utilizarse las tiras y el gel blanqueador? Cada fabricante determinará sus propias normas de uso, aunque lo más habitual es utilizarlas durante una media hora dos veces al día y durante el tiempo que el fabricante marque.

A la hora de realizar una correcta limpieza de dientes hay que optar principalmente por el uso del cepillo eléctrico. Éste tiene una ventaja sobre el cepillo manual: elimina mejor la placa bacteriana y, con ello, evita la formación de manchas. Piensa que los movimientos rotatorios que efectúa el cabezal del cepillo eléctrico son difícilmente reproducibles con el cepillo manual.

Para evitar la calcificación o formación de sarro nada mejor que utilizar los cepillos interdentales y el hilo dental. Con estos dos instrumentos podremos eliminar los depósitos de placa entre los dientes y, con ello, evitar las manchas interdentales.

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