Tienes prisa y quieres conseguir que tu cabello se vea más limpio y, al mismo tiempo, con volumen y fijación. ¿Cómo conseguirlo? La respuesta es sencilla. Utilizando champú en seco. No importa si has oído decir que reseca el cabello, que produce más grasa o que daña el cuero cabelludo. Todo eso son mitos infundados. Mentiras. Por el contrario, el champú en seco, aseguran muchos estilistas, aporta beneficios a nuestro cabello y, al espaciar los lavados tradicionales, ayuda a que se mantenga por más tiempo la fijación y el color de los tintes. Al mismo tiempo, el champú en seco es un buen complemento para aquellas personas que tienen el cabello graso. El champú en seco, gracias al silicato contenido en su formulación, reduce la grasa y da al cabello un aspecto más mate. Alternándolo con el champú tradicional, el champú en seco actúa sobre las glándulas sebáceas del cuero cabelludo consiguiendo que éstas produzcan menos grasa.

El formato del champú en seco acostumbra a ser en spray. Esto hace que sea un producto para el cuidado capilar muy fácil de llevar en el bolso por lo que se puede echar mano de él en cualquier momento.

Entre las virtudes y usos del champú en seco podemos destacar las siguientes:

  • Sirve para devolver el brío a los cabellos cortos que tienen tendencia a aplanarse al día siguiente de haber utilizado un champú tradicional.
  • Proporciona efecto volumen a las raíces.
  • Proporciona textura a los cabellos finos.
  • Sirve para corregir remolinos.
  • Aplicándolo sobre la base del cabello, facilita la realización de todo tipo de peinados. Así, cumpliendo a la perfección una tarea de modelador, el champú en seco se convierte en un producto ideal para crear moños o colas de caballo.
  • Sirve para refrescar un flequillo o para crear un efecto playa. Para conseguir este segundo efecto, se aplica el champú en seco a todo lo largo del cabello y, después, se riza éste con las manos y se sacude la cabeza para, con ese movimiento, eliminar los residuos del champú. Aplicándolo así, el cabello conserva un aspecto sano y natural y se mueve libremente, algo que no se conseguiría si, por ejemplo, aplicáramos un spray texturizante con sal.

Para utilizar correctamente el champú en seco hay que agitar enérgicamente el bote de spray para, a continuación, vaporizar una pequeña cantidad de producto, mechón a mechón, de manera uniforme y a unos 30 cm de la raíz del cabello. Para aplicarlo sobre todo el cabello se debe empezar por los laterales para seguir después por la zona superior para, finalmente, acabar en la zona de la nuca. Se recomienda, mientras se aplica, ir masajeando el cuero cabelludo para que, de ese modo, éste absorba de manera más homogénea el producto.

Tras dejarlo actuar durante un par o tres de minutos, cepillaremos el cabello para, así, eliminar los residuos que hayan podido quedar en él tras la aplicación del champú en seco. Para cepillar el cabello tras la aplicación de champú en seco se recomienda utilizar cepillos de cerdas naturales, ya que los cepillos con cerdas de plástico (sobre todo si éstas son afiladas) pueden provocar que se abran las puntas del pelo.

A la hora de utilizar el champú en seco hay que tener siempre presente que éste no puede convertirse en un sustituto a tiempo completo del champú tradicional. El champú tradicional, al igual que sucede con los acondicionadores, mascarillas y sprays, están enriquecidos con ingredientes activos destinados a nutrir, hidratar y suavizar el pelo. El champú en seco no puede cumplir con todas esas funciones, pero sí puede ser un estupendo producto incluido en tus rutinas para el cuidado capilar tanto para salir del paso en un momento dado como para espaciar los lavados de cabello.