Flores y perfumes

Por mucho que avance la química, por mucho que los laboratorios sofistiquen sus técnicas y por mucho que lo artificial pueda ocupar, camaleónico, el espacio de lo natural; la perfumería no podría ser concebida ni siquiera hoy en día, cuando las técnicas bioquímicas están tan desarrolladas, si no existieran las flores y las plantas. Las plantas (y, dentro de ellas, las flores) son la base de casi todo perfume del mismo modo que la Botánica es la madre de la Perfumería.

Los conceptos de Botánica y Perfumería son conceptos que van indisolublemente unidos. Los compuestos aromáticos que son la base del perfume son obtenidos de una manera más o menos directa del aporte que las flores u otras partes de las plantas realizan para que, combinados con el alcohol (que sirve de soporte) y fijados con un fijador que evite la volatilidad propia del alcohol, den lugar a los perfumes.

En el post que dedicamos al proceso de elaboración de los perfumes ya vimos cómo los aceites esenciales de las flores y plantas (absolutamente necesarios para obtener los perfumes) pueden obtenerse siguiendo distintos métodos entre los que destacan la destilación, la maceración, el enfleurage, la expresión o la exudación. Ahora bien, ¿qué flores sirven para elaborar un perfume? O: ¿qué tipo de perfume podemos elaborar utilizando una flor determinada? O: ¿qué parte de una planta en concreto se utiliza para elaborar un perfume?

Familias olfativas y flores usadas en ellas

Como hemos visto en algún post anterior los perfumes pueden clasificarse en 8 familias diferentes. Cada una de estas familias olfativas se caracteriza por estar formada por perfumes que utilizan el mismo tipo de flores. ¿Qué flores corresponden a cada familia olfativa?

En la elaboración de los perfumes florales, perfumes que se caracterizan por su suavidad y por estar hechos fundamentalmente con aceites esenciales de flores, suelen utilizarse flores como la rosa, el jazmín, el lirio, el clavel, el nardo o el narciso. Esta familia floral es una de las más valoradas por las mujeres.

Los perfumes chypres, por su parte, son perfumes especialmente de uso diurno y están elaborados con cítricos como pueden ser la naranja o el limón.

El exotismo, la intensidad y la profundidad son las tres características principales de los perfumes de la familia oriental. El sándalo y la vainilla son las materias primas que conceden a estos perfumes, ideales como perfumes nocturnos, sus características principales.

Entre las familias olfativas suaves y masculinas destaca la familia de los helechos. Este tipo de perfume suele elaborarse utilizando combinaciones de lavanda, cumarina (un compuesto realizado con gramíneas) y acostumbra a fijarse con líquenes.

Para los perfumes de la familia olfativa tabaco se utilizan maderas olorosas y especias; para los de la familia verdes, mezclas de hierbas de transmitan la sensación de estar oliendo una pradera. Las lavandas, por su parte, suelen utilizarse para realizar perfumes muy suaves.

Partes útiles de las plantas en perfumería

Como hemos dicho, Botánica y Perfumería van de la mano. Ahora vamos a ver de qué partes de la planta se pueden extraer ciertas esencias.

Del clavo y el azahar, por ejemplo, se utilizan lo que se llama el botón floral. Se conoce como botón floral aquel estadio de la flor en que los sistemas reproductivos de la misma están todavía escondidos bajo los pétalos.

El jazmín, la lavanda, el nardo, la rosa y la violeta, por su parte, suelen utilizarse cuando ya la flor está abierta.

Del limón, la mandarina y la bergamota (utilizados, como hemos visto, para realizar perfumes de la familia de los chypres) se utilizan los frutos así como de la angélica, el apio, la zanahoria y otras umbelíferas se suelen utilizar las semillas.

Las hojas y el tallo se utilizan en el caso de la albahaca, el geranio y el naranjo; la raíz, en los del lirio y la valeriana; las maderas, en los casos del cedro, el enebro y el sándalo.