La rosácea es una enfermedad crónica de la piel que tiene diferentes síntomas. Las rojeces o placas en mejillas, nariz, frente o barbilla son los más habituales. En algunos casos, sin embargo, la rosácea puede caracterizarse por la aparición de espinillas, picor o irritaciones. Más común en las pieles blancas que en las oscuras, la rosácea suele afectar más a mujeres que a hombres y es propia de pieles reactivas y sensibles.

De entre las cuatro clases de rosácea reconocidas que existen, la más común es la denominada cuperosis. Para entender la aparición de este tipo de rosácea hay que conocer la estructura de la epidermis. La epidermis, que es la capa más superficial de la piel, está recorrida en su superficie por un sinfín de vasos sanguíneos. La dilatación de éstos provoca que se enrojezca la zona en que se hallan. Ese enrojecimiento, en muchos casos, va acompañado de una sensación muy fuerte de ardor, así como de picor y, en algunos casos, de descamación.

Entre los factores que pueden causar la rosácea podemos destacar:

  • Factores genéticos.
  • Cambios bruscos de temperatura.
  • Cambios hormonales, generalmente asociados a la adolescencia o a la perimenopausia.
  • Estrés y ansiedad.
  • Alimentación inadecuada. El vino tinto, los quesos muy curados o las comidas muy picantes pueden hacer que aparezca o se intensifique la rosácea.
  • Alteración de la barrera cutánea por el uso de cosméticos demasiado agresivos o de productos que contengan determinados detergentes o sulfatos.

Rutinas contra la rosácea

Para luchar contra la rosácea hay que prestar especial atención a los cuidados de la piel. Para que la rutina del cuidado de la piel sea, en este sentido, efectiva, debemos seguir una serie de pautas. Dichas pautas son las siguientes:

  • Limpieza cuidadosa de la cara. Al lavarnos la cara, debemos evitar frotarla y debemos evitar, también, el uso de jabones que contengan sulfatos o detergentes agresivos. Al escoger una leche limpiadora, si deseamos evitar la rosácea debemos escoger una que sea suave. Se desaconseja utilizar aquellos cosméticos limpiadores que contengan alguna fragancia artificial o aquéllos que hacen espuma. Los aceites vegetales bio y, entre ellos, el aceite de jojoba, que es un fantástico seborregulador, son buenas opciones a la hora de buscar un producto para limpiar la piel aquejada de rosácea.
  • Se debe evitar el uso de maquillajes excesivamente sintéticos. Los maquillajes de larga duración acostumbran a favorecer la aparición de la rosácea. El hecho de que cueste más de quitar que otros tipos de maquillaje obliga a frotar más la piel a la hora de desmaquillarse. Para evitarlo, es preferible utilizar productos de maquillaje más naturales que, al ser aplicados sobre la piel, no se adhiera tanto a ella.
  • Evitar la exfoliación física. Cualquier fricción solo puede servir para hacer aparecer o para intensificar la rosácea. Si hay que exfoliar la piel hay que hacerlo con un exfoliante enzimático. Este tipo de producto cosmético, además, acostumbra a poseer un efecto refrescante y descongestionante sobre el cutis.
  • Si utilizas un tónico, procura que no contenga alcohol. Evita cualquier tipo de producto que sea astringente. El agua de hamamelis, por ejemplo, lo es. Lo astringente empeora la rosácea. Si deseas utilizar un tónico, utiliza uno que contenga en su formulación una alta dosis de aloe vera.
  • Utilizar un sérum especialmente creado para tratar la rosácea.
  • Cuida la hidratación de tu piel. Para hidratarla, escoge productos que contengan vitamina A. Hay estudios que demuestran que la vitamina A es muy efectiva a la hora de luchar contra la rosácea.
  • Aplicar protección solar, ya que los rayos ultravioleta deben contarse entre los factores que pueden desencadenar eritema en la piel.

La persona que padezca rosácea debe utilizar, a modo de resumen y en sus rutinas de cuidado de la piel, productos cosméticos especialmente elaborados para tratar pieles sensibles o reactivas que respeten el pH de la piel. Optar, por ejemplo, por utilizar cosméticos ecológicos certificados es una buena decisión para luchar contra la rosácea.