Una de las materias primas más utilizadas en la historia de la Perfumería es el pachulí o patchouli. Presente en perfumes como Jazz de Yves Saint Laurent, Velvet Patchouli de Dolce & Gabbana, Herbessence de Helena Rubinstein, Gucci by Gucci o Angel de Thierry Mugler, la esencia de pachulí es una esencia alcanforada, amaderada, verde, terrosa, musgosa y mohosa que se emplea en los perfumes tipo Chypre, amaderado y oriental y que se obtiene mediante la destilación al vapor de agua de las hojas secas de la planta del pachulí.

El pachulí es una planta herbácea parecida a la menta tanto en tamaño como en el tipo de hojas y que se cría en las regiones tropicales de Asia. En países como Tailandia, Indonesia, Malasia, Islas Mauricio, Filipinas, Vietnam, China o la India se cría el pachulí con notable facilidad. También puede encontrarse en algunas partes de África.

Las ramas del pachulí se podan durante la época de lluvia y es sólo cuando las hojas están secas cuando éstas pueden utilizarse para elaborar esencia de patchouli, ya que cuando están frescas las hojas de pachulí no poseen olor alguno. Para conseguir un kilo de esencia de pachulí se necesitan nada más y nada menos que entre 100 y 120 kilos de hojas.

El pachulí ha sido utilizado durante cientos de años como perfume terapéutico. Según los maestros de la aromaterapia, el pachulí despierta la sensibilidad y estimula la espiritualidad de la persona reforzando al mismo tiempo su autoestima. Quien usa la esencia de pachulí tiende a sentirse encantador, agradable y muy seductor. El uso del patchouli, señalan los maestros de la aromaterapia, inducen a la persona a ser cariñosa, dulce, compasiva y amable.

La medicina tradicional oriental ha tenido siempre presente al pachulí en su recetario. Se ha dicho de él que es antiséptico, antiinflamatorio y afrodisíaco, y ha formado parte de muchos rituales culturales hindús. Las esposas de los brahmanes, por ejemplo, dibujaban delicados trazos con pachulí tanto en sus brazos como en el llamado tercer ojo, y masajearse los pies con pachulí servía para cumplir una doble función. Por un lado, se protegía a los pies de la micosis. Por otro, servía como repelente para insectos y serpientes.

El pachulí es conocido en Occidente desde la época de las Cruzadas. La apertura de la ruta de seda, que permitió traer telas como la seda o el cachemir a Europa, hizo que el patchouli llegara a las principales capitales europeas. ¿El motivo? Las hojas del pachulí eran empleadas para envolver las telas transportadas y, así, protegerlas (al tiempo que se las aromatizaba) de cualquier deterioro que pudieran sufrir.

El pachulí ha sido empleado tradicionalmente en Asia para curar resfriados, náuseas, dolores abdominales y jaquecas, y japoneses y malasios lo han utilizado como antídoto contra las mordeduras de serpientes venenosas. Así mismo, las hojas secas del pachulí se han utilizado también para luchar contra la polilla.

El sector alimentario también supo, en su momento, buscar una utilidad al pachulí. Durante mucho tiempo se utilizó para aromatizar las pastillas sen-sen, que servían para combatir el mal aliento.

La esencia de pachulí y su utilización como materia prima para la industria perfumista occidental adquirió gran popularidad en las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado. Ese aumento de la popularidad del patchouli está íntimamente ligado al nacimiento y expansión del movimiento hippie, responsable directo de la importación a Occidente de muchos ítems culturales orientales.

La esencia de pachulí suele ser utilizada como nota de corazón y de fondo en los perfumes.