Cada vez son más los inputs informativos que, por un canal u otro, nos llegan sobre cualquier tema. El universo internet ha puesto en nuestras manos un caudal informativo que no siempre nos resulta tan útil como desearíamos. En algunas ocasiones es fácil perderse en ese incesante flujo informativo. Ante tal aluvión de datos como nos llegan cuando, por ejemplo, introducimos una entrada en nuestro buscador, ¿cuáles son verdaderamente fiables? Saber dar respuesta a esta pregunta es fundamental a la hora de dar a internet el uso adecuado.

Y es que no siempre sabemos responder a esa pregunta ni siempre lo hacemos correctamente. A veces desconocemos la respuesta. En ocasiones no activamos los filtros de prevención que deberíamos activar para discriminar entre los artículos fiables y los que no lo son tanto. El caso es que de tanto en tanto hay algún dato incorrecto que queda dentro nuestro y que nos hace mantener rutinas que, o bien nos resultan estériles, o bien nos acaban afectando negativamente.

Esto, que serviría para muchas facetas del comportamiento humano, sirve también para todo lo que tenga que ver con nuestra forma de maquillarnos. Quién sabe por qué una vez convertimos una práctica maquilladora en una de nuestras rutinas sin advertir que, en determinadas circunstancias, un maquillaje incorrecto puede ser peor que la falta de maquillaje.

¿Qué práctica puede ser ésa? Podríamos hacer un listado, pero vamos a limitarnos a señalar una serie de errores al maquillarse que son bastante comunes entre muchas de nosotras y también entre muchos hombres. Después de todo, no hay que olvidar que ya no son pocos los hombres que, de una manera u otra, recurren a productos cosméticos y de maquillaje para mejorar el aspecto de su rostro.

Errores con la prebase y la base de maquillaje

Uno de esos errores al maquillarse que muchas de nosotras acostumbramos a cometer es el de no utilizar la prebase de manera adecuada. Ante todo debemos comprobar qué tipo de prebase vamos a utilizar. Las hay hidratantes, que pueden utilizarse en todo el rostro, y las hay específicamente elaboradas para cubrir ciertas zonas del rostro como pueden ser, por ejemplos, los párpados o la llamada zona T (es decir, la que comprende frente, nariz y barbilla).

Otro de los errores al maquillarse más comunes que solemos cometer es el de escoger un tono de la base de maquillaje inadecuado. Muchas mujeres tienen tendencia a buscar un tono algo más oscuro que el de su piel para así simular un leve bronceado. Debemos evitar cometer este error. Lo que debemos hacer para evitar este error al maquillarse es buscar un maquillaje con un tono que sea similar al de nuestra piel.

A la hora de escoger el tono de la base de maquillaje cometemos un error bastante habitual. Utilizamos el dorso de la mano para comprobar hasta qué punto, y tras ser aplicado, la base de maquillaje tiende a desaparecer. Esa misma comprobación debe realizarse a la altura de la mandíbula. El tono de base de maquillaje que desaparezca ahí y se funda completamente con su entorno será el tono de base de maquillaje idóneo para nuestra piel.

Otros errores al maquillarse

Uno de los errores al maquillarse más habituales es el de utilizar un tipo determinado de cosmético como si fuera otro. Uno de los ejemplos más claros al respecto es el uso que muchas mujeres acostumbran a hacer del iluminador. El iluminador no es corrector. Si queremos disimular unas ojeras, por ejemplo, no utilizaremos el iluminador ya que, si lo hacemos, nos arriesgamos a padecer el temido “efecto oso panda”. Para camuflar unas ojeras nada mejor que utilizar un corrector que sea del mismo tono que la base de maquillaje.

Fundamental al maquillarse es acertar con el colorete y con el uso que hagamos de él. El colorete es el responsable de una gran cantidad de errores al maquillarse. El colorete no funciona independientemente del resto de maquillaje que llevemos, sino que debe adaptarse a él. Con un maquillaje muy marcado en los labios y los ojos, el colorete deberá ser, apenas, un leve rubor. Con un maquillaje nude, el colorete deberá intensificar el tono de las mejillas.

Otro de los errores al maquillarse habituales que solemos cometer al utilizar el colorete es no aplicarlo en el lugar correcto. El colorete debe aplicarse en el pómulo, en la parte alta del mismo, justo encima del hueso. Una vez aplicado ahí, el colorete deberá difuminarse desde la mitad del pómulo hacia la zona de oreja. El difuminado del colorete debe realizarse cuidadosamente para que no queden cortes demasiado señalados entre el colorete y el resto del maquillaje.

Un error al maquillarse que solemos cometer y que no es demasiado conocido es el del orden de aplicación del pintalabios y el perfilador de labios. Para conseguir un efecto natural lo mejor es aplicar el perfilador, de manera muy sutil, una vez que se haya utilizado el pintalabios.