Guccio Gucci lo tuvo claro desde su más tierna infancia. Le gustaba y atraía el mundo del lujo. Y él quería pertenecer a él. Con ese objetivo abrió una tienda en Florencia en 1920. En aquella tienda, Guccio Gucci vendía artículos de cuero elaborados de una forma absolutamente artesanal. Gucci, que había aprendido el oficio de la marroquinería en la centenaria casa Franzi, empezó a vender en su tienda florentina cinturones (fueron muy famosos los tricolor), bolsos y zapatos (sus mocasines son un clásico de la historia del calzado), todos ellos de excelente gusto, todos ellos destinados a clientes de alto poder adquisitivo que valoraban al mismo tiempo la calidad de los materiales empleados por Gucci para elaborar sus productos como el diseño mismo de estos productos. Este prestigio y las ventas que se derivaron de él permitieron a Gucci unos ingresos considerables.
Cuando sus tres hijos -Aldo, Vasco y Rodolfo- fueron mayores de edad, entraron en Gucci y ayudaron a Guccio a impulsar la expansión de la compañía abriendo sucursales en Roma y Milán. Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, la expansión de Gucci dio el salto más allá del Atlántico y buscó el glamour neoyorquino para instalar una de sus tiendas. Gucci también abrió tiendas en Londres, Tokio, París y Beverly Hills. Guccio Gucci falleció en 1953 y fue la familia quien, a partir de entonces, se encargó de luchar por el futuro de la marca.
A lo largo de su historia, la marca Gucci ha mantenido una relación muy estrecha con diferentes celebrities. Esta relación amorosa entre la marca y los vips del mundo del cine se inició en los años cincuenta, cuando el cine de Hollywood fijó su vista en Roma como ciudad idónea para ambientar algunas de sus producciones. A lo largo de los años, artistas de la talla de Liz Taylor, Grace Kelly, Jodie Foster, Gwyneth Paltrow, Helen Hunt, Charlize Theron o Madonna han servido para popularizar la marca Gucci gracias a exitosas campañas de publicidad y para convertirla en símbolo del lujo.
La llegada de los años 80 no fue buena para la marca. Ciertas disputas familiares internas acabaron afectando el funcionamiento de Gucci, que acabó perdiendo prestigio e influencia en el mundo de la moda, lo que terminó haciendo mella en la cuenta de resultados de la marca. La muerte de Rodolfo Gucci, responsable de la globalización del logo de la marca, en 1983, sirvió para que su hijo, Maurizio, tomara el control de la compañía. Él sería quien vendiera Gucci a Investcorp en 1993. Poco después, Maurizio Gucci fue asesinado. Las investigaciones demostraron que el asesinato del empresario italiano había sido urdido por su propia esposa.
Tom Ford vr Frida Giannini
La recuperación del prestigio de Gucci está ligado directamente al nombre de Dawn Mello. Mello, que había sido directora de los grandes almacenes neoyorquinos Bergdorf Goodman, fue fichada por Gucci para intentar remontar el vuelo. Lo hizo, en gran parte, gracias a la elección como director creativo de Gucci de Tom Ford por parte de Dawn Mello. Con la llegada de Dawn Mello al puesto, la firma se vio relanzada. La cuidada mezcla de tradición e innovación, de lujo y provocación, que se dio en las creaciones de Tom Ford gozó del favor del público y Ford dejó para la historia sus vestidos blancos con escotes de gran originalidad, los stilettos de inspiración bambú y la versión que de Jakie O creó en 1999.
Ford llegó a la dirección creativa de Gucci en 1994. La presentación de la colección otoño-invierno de 1995 supuso toda una revolución para el mundo de la moda. Contra la estética minimalista y grunge entonces en boga, Ford firmaba una propuesta basada en las blusas de seda, los escotes de vértigo y los pantalones de terciopelo ceñidos a la cadera. El icono de la propuesta estética de Tom Ford fue Madonna. Ella, que apareció durante la entrega de los MTV Musica Awards de aquel mismo año para recoger el premio al mejor álbum por Ray of Light, lo hizo vestida con una camisa de satén desabotonada hasta el ombligo, un pantalón de terciopelo negro y unos deslumbrantes zapatos de charol con hebilla. “¿Quién te ha vestido?”, preguntaron a la famosa cantante. “Gucci”, contestó ella, entusiasmada.
Tom Ford y Domenico de Sole, al tiempo que devolvían a Gucci el prestigio perdido, construyeron un poco tiempo un conglomerado de empresas entre las que figuraban YSL, Stella McCartney o McQueen. En 2004, Tom Ford, y tras ser adquirido el grupo por Pinault-Printemps-Redoute, abandonó Gucci. Ése fue el momento del ascenso de la diseñadora Frida Giannini, que había sido hasta ese instante la encargada de diseñar los complementos de la marca, a los puestos de diseñadora de la colección prêt-à-porter y de directora creativa de la colección masculina.
El primer objetivo de Frida Giannini al llegar al puesto fue el de dar una nueva imagen a la mujer Gucci. En cierto modo, eso pasaba por suavizar la imagen sexy y agresiva que Tom Ford había dado a la misma. Lo sexy de la mujer Gucci según la concebía Frida Giannini nacía de la inteligencia femenina y de su seguridad en sí misma. Después de todo, Giannini consideraba la agresividad sexual algo vulgar. El negro, que había sido un distintivo de los diseños de Ford, fue sustituido por los estampados y los diseños coloridos. En cierto modo, Giannini volvía a la estética pre-Ford. Su diseño era, en cierto modo, un diseño anti-Ford. Sus palabras al respecto son claras: “Sería un error”, dijo, “crear una colección pensando sólo en las celebrities que acuden a entregas de premios. Otras muchas mujeres asisten a cenas en Nueva York y también visten de Gucci, y para mí esto es muy importante”.
La última colección que presentó Giannini en Guzzi, la colección femenina otoño/invierno 2015-16, fue presentada por la diseñadora italiana en 2014. Su puesto fue ocupado por su mano derecha, el romano Alessandro Michele, que no tardó en obtener grandes éxitos con su estilo retro. La estética vintage, andrógina y con toques muy sesenteros de las creaciones de Alessandro Michele ha vuelto a colocar a Gucci en lo más alto del mercado del lujo.
Fragancias Gucci
Como todas las marcas de moda de prestigio, Gucci también mostró en un momento determinado de su historia su interés por la perfumería y su voluntad de crear su propia línea de fragancias. El primer perfume de la marca Gucci vio la luz en 1974. Fue el Gucci Nº 1. La fragancia de Gucci fue muy bien recibida en todas las tiendas que la marca poseía en el mundo.
En la actualidad, Gucci tiene más de cincuenta perfumes en el mercado. Grandes perfumistas de la talla de Jacques Huclier, Antoine Maisondieu, Guy Robert, Michel Almairac, Dominique Ropion o el español Alberto Morillas han realizado inolvidables creaciones para Gucci. Entre todas ellas podemos destacar las siguientes:
- Gucci Nº 3 (1985)
- Gucci Accenti (1995)
- Envidia (1997) y Envidia para hombres (1998)
- Rush (1999)
- Gucci Eau de Parfum
- Gucci Pour Homme
- Envy Me
- Gucci by Gucci
- Gucci Envy Me 2
- Flora de Gucci
- Gucci Guilty y Gucci Guilty Men
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