Seguro que has vivido esta experiencia en más de una ocasión. Pasas ante una perfumería y una empleada de la misma te ofrece una tirita de cartulina perfumada para que puedas olfatear una fragancia determinada. O entras en una perfumería y ves tiras de ésas de papel dispuestas en algún tipo de recipiente para que tú puedas coger una de ellas y rociarla con el frasco de perfume de muestra de una marca determinada para, a continuación, realizar una “cata” de dicho perfume. Pues bien: esas tiras de papel tienen un nombre y ese nombre es mouillette.

La mouillette, esa tira de cartoncillo secante que nos dan para probar, testar o catar un perfume, es usada tanto por los clientes que quieren conocer una nueva fragancia como por los profesionales de los laboratorios que quieren crearla.

El hecho de que el olor del perfume pueda percibirse inmediatamente después de la vaporización del mismo convierten a la mouillette en un instrumento de gran ayuda para los perfumistas. La alta capacidad de absorción del papel, además, permite que el aroma del perfume se mantenga durante mucho tiempo en esa tira de papel en la que, además, el profesional de los laboratorios perfumistas puede realizar anotaciones que sirvan para avanzar en la creación de una nueva fragancia y para documentarla.

El vendedor de perfumes encuentra también en la mouillette una gran compañera de trabajo. La mouillette puede convertirse en un medio de publicidad más. Dependerá del perfumista vendedor el impulsar la creación de un diseño especial para la mouillette que sirva a la misma para identificar a la marca y publicitarla.

Al igual que el perfumista creador puede realizar anotaciones en la mouillette durante su proceso creativo, el perfumista vendedor puede, para facilitar la cata del cliente, anotar en la mouillette el nombre de la fragancia. La mouillette, además, permite al vendedor de perfumes el dejar a su cliente la libertad necesaria para percibir el olor del perfume que desee tastar sin tener que interactuar. Hay que pensar que toda interactuación de una segunda persona que vaya perfumada puede afectar a cómo percibe un perfume la persona que lo está tastando.

La mouillette está realizada con un papel completamente neutro, elaborado con materias primas puras, que no contamina la fragancia y que nos permite captar con absoluta facilidad las notas olfativas del perfume que estemos probando. Para ello, si embargo, hay que utilizar la mouillette correctamente.

¿Cómo debe utilizarse la mouillette?

En primer lugar, si vas a una tienda y te ofrecen una mouillette impregnada con perfume, procura no agitarla buscando acelerar la evaporación del alcohol. Al agitar la mouillette lo que conseguiremos será perder la mayoría de las notas de salida del perfume que estamos testando. Lo mejor que podemos hacer al recibir una tirita secante impregnada de alguna fragancia es mantener la tira de papel quieta, tanto en posición horizontal como vertical.

Otra cosa que debes hacer cuando te ofrezcan una mouillette en una tienda es mantenerla lo más lejos posible de otra mouillette que hayas podido recibir o testar anteriormente. No tengas ambas tiras secantes en la misma mano. No te abaniques con ellas. No las juntes en el bolsillo o en el bolso. Al acercar dos mouillettes perfumadas estamos provocando que se mezclen las fragancias, lo que nos hace perder muchas notas olfativas de las mismas.

A cada mouillette impregnada de perfume hay que dedicarle el tiempo correspondiente. Una cata de perfume debe realizarse sin prisas. Sólo así, olfateando la muillette con calma,podremos ir más allá de las notas de salida del perfume que la impregna y podremos sumergirnos en sus notas medias y de corazón. Es ahí, en esas notas aromáticas, donde radica el alma de un perfume.

Al testar diversos perfumes nos encontramos con un límite: el que marca nuestro propio olfato. Si tastamos más de tres perfumes, nuestra nariz ya no sabrá distinguir determinadas fragancias. Para superar esta situación de bloqueo podemos echar mano de un truco que resulta muy útil para poder seguir testando perfumes: oler unos granos de café. El aroma a café resetea nuestra pituitaria y la limpia de todos los aromas que hayan podido sobrecargarla. Hay perfumerías (pocas) que ya tienen pequeños cuencos con granos de café para que los clientes puedan “limpiar” su pituitaria cuando están testando diversos perfumes. Si tu perfumería no los tiene y quieres catar más de tres perfumes con o sin mouillette, lleva desde tu casa un puñado de granos de café. Merece la pena. Evitarás que, una vez en casa, el perfume que has comprado no huela exactamente igual que olía cuando lo olfateaste en la tienda. Eso sí: nunca olvides que el perfume cambia su olor cuando se aplica sobre la piel. Si un perfume te llama la atención cuando lo testas con una mouillette, prueba a testarlo sobre tu piel. Sólo así podrás saber cómo olerá exactamente esa fragancia cuando la lleves puesta.