Los orígenes de Azzaro hay que buscarlos en Túnez. Fue ahí donde nació en febrero de 1933 Loris Azzaro, italo-tunecino de padres sicilianos que, licenciado en Literatura Contemporánea, fue profesor de italiano en varios colegios de Túnez hasta que decidió dedicarse a la moda.

En ese salto al mundo de la moda tuvo mucho que ver el que Loris Azzaro conociera en 1955 a Michèle Carsy, la que sería su musa y esposa. Fue para ella para quien Azzaro empezó a crear sus primeros collares y complementos. Azzaro, que viajó a Francia con la intención de estudiar ciencias políticas en Toulouse, abandonó la vida académica para, animado por el éxito que habían cosechado los collares, bolsos, cinturones y complementos que había elaborado para su mujer, abrir un taller de complementos en París.

Fue en el número 65 de la Rue del Fauburg Saint Honoré, casi a tiro de piedra del Palacio del Elíseo, en un lugar privilegiado de París, a espaldas de los Campos Elíseos, donde Loris Azzaro abrió su primera boutique en 1967. Y fue en ese taller donde, en 1968, Loris Azzaro diseñó un vestido con aros que le permitió ser reconocido como algo original en el mundo de la moda. Desde entonces, los escotes se han convertido en uno de los distintivos más originales y reconocibles de las creaciones femeninas marca Azzaro. Azzaro no tardó en conquistar respeto y admiración y sus vestidos y creaciones se convirtieron en objeto del deseo de mujeres que querían mostrar una imagen en la que se combinara lo sexy con lo glamouroso. Mujeres de la jet-set y artistas como Sophia Loren, Raquel Welch, Marisa Berenson, Jane Birkin o Brigitte Bardon vistieron y dieron prestigio a la marca Azzaro y a sus prendas festivas, fluidas y sexys. En 1992, Azzaro lanzó una marca prêt-à-porter masculina.

Loris Azzaro, que se preocupó en todo momento de la alianza existente entre la perfumería y la alta costura (“¿cómo imaginar la feminidad, se preguntaba, sin exaltarla con un perfume?”), lanzó su primer perfume al mercado en 1975. Este perfume, Azzaro, era un perfume femenino que tenía notas de salida de gardenia, afrutadas y aldehídos; notas de corazón de jazmín, ylang-ylang y rosa, y notas de fondo de ámbar, musgo de roble, vetiver, pachulí, benjuí y styrax.

Tres años después, en 1978, Azzaro lanzó al mercado su primera fragancia masculina, Azzaro Pour Homme. Este perfume, que lleva en su composición 320 ingredientes (entre ellos el té mate y la lavanda de Hungría, así como el sándalo, el musgo de roble, el vetiver o el ámbar), fue en su momento uno de los más vendidos de la historia de la perfumería.

A partir de ese momento Azzaro potenció el departamento de perfumes, convirtiendo a las fragancias Azzaro en el buque insignia de la marca. Teniendo presente siempre su país natal, aquel Túnez presidido en todo momento por un mar de color azul turquesa, Azzaro buscó siempre que sus perfumes remitieran a la frescura del mar.

Para crear su fantástico catálogo de perfumes, Azzaro contó con la colaboración del perfumista Gérard Anthony. De la colaboración entre ambos salieron creaciones como Azzaro 9 (el nombre de este perfume aparecido en 1984 hace referencia a las 9 flores blancas que componen la fragancia), Acteur (perfume masculino lanzado al mercado en 1985 y que quiere plasmar la idea de la masculinidad combinando de una manera muy exótica notas aromáticas especiadas y notas de madera) u Oh la la (1993), fragancia femenina de la familia oriental elaborada en un 70% con componentes naturales y que posee entre sus notas aromáticas las de la mandarina, el Musk, la frambuesa, el durazno, la canela, la flor de azahar, el jazmín, el ylang-ylang, el narciso, el ámbar, el pachulí, la rosa amarilla, la vainilla y el vetiver, entre otras.

Otros perfumes destacados de la marca Azzaro son Eau Belle (1995), que combina a la perfección lo cítrico con lo floral; Chrome (1996); Azzura (1999), fragancia elaborada con notas de bergamota, flor de loto, musk blanco y ámbar; Pour Vetiver (2000), Pure Lavender (2001), Pure Cedrat (2002), Visit For Men (2003), que posee notas aromáticas de nuez moscada, cardamomo, ámbar y maderas preciosas; Visit For Woman (2004) o Now (2007).

Tras muchos años de colaboración profesional y de vida en pareja, la relación entre Loris Azzaro y Michèle Carsy atravesó una profunda crisis. En 1997, Michèle, principal accionista de marca, apartó a Loris de la dirección de la compañía. Loris cuestionó la salud mental de su mujer y consiguió que Catherine, hija de ambos, ocupara en 2001 el puesto de su madre. Tras un año de tiras y aflojas, Michèle consiguió recobrar el mando financiero de las empresas Azzaro. Tras ello, encargó a la Compagnie Frey su control. El 20 de noviembre de 2003, Loris Azzaro fallecía en París, víctima del cáncer.

Diez años después del fallecimiento de Loris Azzaro, en 2013, Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, miembros fundadores de la marca Alvarno, compaginaron su proyecto más personal (el del impulso de su propia creación) con la dirección creativa de la marca Azzaro. Ellos consiguieron, en los tres años que estuvieron al frente de la dirección creativa de Azzaro, que VIPS como Lady Gaga, Heidi Klum o Taylor Swift vistieran sus creaciones.

Tras Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, ha sido el diseñador francés Maxime Simoëns el encargado de seguir la línea marcada por Loris Azzaro, quien siempre defendió sublimar a las mujeres resaltando lo más singular de cada una de ellas. Simoëns se ha embarcado en una tarea que pretende devolver a Azzaro la estética glam y sofisticada con la que siempre se ha asociado a la marca.