1837. Fue en ese año cuando se fundó una de las empresas cuyo nombre más hace pensar al imaginario colectivo en términos como exclusividad o lujo. Estamos hablando de Tiffany & Co., todo un referente en el mundo de la joyería.

El nombre de Tiffany proviene del apellido de su fundador, Charles Lewis Tiffany. Fue este él quien, junto a Teddy Young y en el citado año de 1837, Tiffany abrió en Nueva York, en el bajo Broadway, una tienda en principio dedicada a la venta de artículos de papelería de gran calidad y otros artículos de lujo. Fue en 1853 cuando en este local, y a partir del impulso de Charles Lewis Tiffany, se empezaron a vender artículos de joyería. La prensa neoyorquina, al conocer la propuesta de Tiffany, no tardó en calificarlo como “Rey de los Diamantes”. No en vano, Charles Lewis Tiffany se mostró desde el minuto cero de su aventura empresarial como joyero como un amante obsesivo de las piedras preciosas. Cuanto más grandes y extravagantes eran dichas piedras, más las valoraba Tiffany, que decidió desde el primer momento decidió convertir su joyería en el fiel reflejo del que era su lema vital: un diseño hermoso contribuye a tener una vida hermosa.

Aunque si Charles Lewis Tiffany fue el responsable de acuñar el citado lema, fue sin duda su hijo, Louis Comfort Tiffany, heredero del negocio, el encargado principal de darle un gran impulso al mismo. Como director de diseño de la marca y amante reconocido del Art Nouveau, Louis Comfort Tiffany convirtió en diseño de joyas en toda una expresión artística. La naturaleza y las formas orgánicas empezaron a convertirse en fuente de inspiración para la creación de unas joyas que desde aquel mismo instante empezaron a convertirse en algo más de lo que habían sido las joyas hasta entonces y que iba a marcar el camino a seguir por la marca. Desde entonces, Tiffany se ha preciado de colaborar con algunos de los más afamados diseñadores de todo el mundo. Artistas de primera fila como el arquitecto Frank Gehry, Elsa Peretti, Jean Schlumberger o Paloma Picasso han colaborado con Tiffany y creado para la marca neoyorquina bellísimas e inolvidables joyas. Las creaciones de Elsa Peretti para Tiffany, sin ir más lejos, han sido expuestas en la colección del Museo Británico o en los museos de Bellas Artes de Boston y Houston.

Fue en 1940 cuando la tienda principal de Tiffany se ubicó en la Quinta Avenida neoyorquina, en la esquina con la calle 57. Fue ante el escaparate de esta tienda donde se grabó una de las más míticas escenas de la historia del cine: la de Audrey Hepburn contemplando los exclusivos diseños de Tiffany mientras saborea un croisant y un café con leche. La película, Desayuno con diamantes, estaba basada en una célebre novela del autor estadounidense Truman Capote, Desayuno en Tiffany’s, y sirvió para acrecentar el prestigio y el mito de la célebre joyería neoyorquina.

Actualmente, Tiffany & Co cuenta con más de 60 tiendas abiertas en los Estados Unidos y con más de 100 en todo el mundo. Quien desee encontrar una tienda Tiffany en Barcelona deberá dirigirse al Paseo de Gracia, 38, y quien desee visitarla en Madrid podrá hacerlo en las calles José Ortega y Gasset, 10, y Raimundo Fernández Villaverde, 79. En dichas tiendas, el potencial comprador o compradora podrá encontrar un magnífico catálogo de productos de joyería de gran lujo y podrá comprobar hasta qué punto Tiffany hace justicia a su propia leyenda exhibiendo artículos de joyería que destacan y se convierten en algo especial y único por dos motivos: por la exclusividad de los materiales con los que están hechos y por el espectacular y cuidado diseño de los mismos. Las materias primas más exclusivas, combinadas con el mejor diseño, han posibilitado que Tiffany sea lo que es hoy en día: un auténtico símbolo de la exclusividad y un activo que vale 14.700 millones de dólares, la cifra que el gigante del lujo LVMH ha pagado en el año que acaba de finalizar para hacerse con la propiedad de Tiffany & Co.

Hablar de Tiffany es hablar, también, y más allá de la exclusividad de sus diseños y de la calidad de sus joyas, de dos iconos indisolublemente unidos a la historia de la marca: el diamante amarillo tallado por el gemólogo George Frederick Kunz y la caja azul que sirve de packaging a todas las creaciones de Tiffany.

En la historia de Tiffany, Kunz desempeñó un papel principal como proveedor de piedras preciosas. Él fue quien buscó para Tiffany, por todo el mundo, algunas de las más excepcionales gemas que han servido para crear las exclusivas joyas de Tiffany. Kunz proporcionó a la marca de joyería neoyorquina turmalinas, berilios, zafiros y topacios de una calidad excepcional. El mítico diamante amarillo del que hablábamos en el párrafo anterior fue extraído de una mina de Sudáfrica, pesaba 280,42 kilates antes de ser pulido y tiene un valor de unos 200 millones de euros. Quien desee contemplar este diamante mítico puede hacerlo en la tienda Tiffany de la Quinta Avenida, en la que se expone durante todo el horario de apertura de la tienda.

Por su parte, la caja azul de Tiffany, que reproduce el color del huevo del petirrojo americano, es también todo un icono de la marca. Ese color, registrado como el Pantone 1837 C, sirve para identificar el packaging de Tiffany. En una caja de ese tipo solo podremos encontrar un producto exclusivo de Tiffany, desde un maravilloso anillo a un distinguido perfume.

Exclusivas fragancias Tiffany

Y es que Tiffany & Co., como otras reconocidas compañías del sector del lujo, también decidió probar fortuna en el universo perfumista. En 2017, por ejemplo, Tiffany lanzaba al mercado una fragancia muy especial, Tiffany & Co. de Tiffany. Esta fragancia está inspirada en el mítico diamante amarillo del que hemos hablado un poco más arriba y también en el no menos famoso diamante Lucida, que es el diamante en que Tiffany se basa para crear sus anillos de compromiso.

Para crear esa fragancia, Tiffany contó con la colaboración de una de las mejores perfumistas del mundo, la reconocida perfumista alemana Daniela Andrier. De ella fue la idea de crear este perfume femenino floral partiendo de la base de una de las notas olfativas más costosas que se usan en perfumería, el iris. Si Tiffany no ha dudado nunca a la hora de utilizar las gemas más caras al crear sus joyas, Andrier no dudó en echar mano del iris para crear ese perfume que, sin duda, se ha convertido en uno de los más vendidos de la marca. Para hacerlo utilizable para su creación, Andrier creó un proceso especial de extracción por hidrodestilación. Gracias a ese proceso, esta maga de la perfumería eliminó los aspectos más resinosos del extracto y obtuvo lo que recibe el nombre de Fracción Iris. Ésta, combinada con almizcles y pachulí, da como resultado un aroma floral que, siendo efervescente, es, al mismo tiempo, duradero.

Para embotellar esta fantástica creación de Daniela Andrier, Tiffany utilizó, como no podía ser menos, un frasco que recuerda, por su forma, a un diamante tallado. El toque de azul Tiffany como si fuera una cinta que rodeara la boca del frasco da a la botella de esta fragancia Tiffany un aire especial y, por supuesto, muy elegante y exclusivo.

Junto a Tiffany & Co. podemos encontrar dentro del catálogo de creaciones perfumistas de Tiffany las siguientes fragancias:

  • Pure Tiffany
  • Sheer Tiffany/li>
  • Tiffany
  • Tiffany & Co. Intense
  • Tiffany & Co. Limited Edition
  • Tiffany for Men
  • Tiffany for Men Sport

Sin duda, y frente a otras marcas, el listado de fragancias comercializadas por Tiffany no es muy extenso. Pero… ¿puede lo exclusivo ser abundante?